La cita con el mundo del encaje, ineludible en los últimos años durante las Fiestas de septiembre en honor de la Virgen de la Concha en la capital zamorana, comenzó ayer con la inauguración de la exposición en el Centro Parroquial de San Ildefonso. Es el inicio formal del XII Encuentro de Encajeras que consta de la muestra, abierta durante toda la semana en horario de mañana y tarde y por la demostración del sábado en el Colegio Universitario. Pilar Macías González es la presidenta de la Asociación Zamorana de Encajeras, una entidad que tuvo su origen hace trece años precisamente para organizar esta cita anual y que ha pasado de reunir apenas una docena de socios a superar, hoy, de forma holgada en centenar. La muestra del Centro Parroquial de San Ildefonso permite apreciar las labores de encaje, en tanto que la demostración del Colegio Universitario reúne a creadores tanto de la región como del resto del país, que, en vivo y en directo, enseñan a los interesados cómo se realizan interesantes labores. El encaje es una técnica textil que consiste en entretejer hilos enrollados en unas bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. Con esta técnica se pueden realizar una amplia gama de trabajos textiles.

-Son ya doce ediciones del En cuentro de Encajeras.

-Sí, el tiempo pasa muy deprisa. Ayer por la tarde inauguramos la exposición de encajes en el Centro Parroquial de San Ildefonso, situado en la Rúa de los Francos. Y el sábado, de diez de la mañana a dos de la tarde, en el Colegio Universitario, tenemos la demostración. Es entonces cuando haremos encaje, con gente venida de todos los sitios, tanto de Castilla y León como de diferentes puntos de España. Es la demostración que hacemos todos los años.

-¿En qué consiste la exposición de encajes del Centro San Ildefonso?

- La exposición es una muestra de los trabajos de encaje que realizamos durante el año en la Asociación, mientras el sábado es una demostración de cómo se hacen los encajes. La exposición ya está abierta desde ayer y se puede visitar hasta el 8 de septiembre por las mañanas desde las once a las dos y por las tardes de seis y media a diez.

-La cita es, siempre, en el mes de septiembre.

-Es siempre en estas fechas porque el encuentro de encajeras lo hacemos coincidiendo con las fiestas de la Virgen de la Concha. Lo hacemos en colaboración con el Ayuntamiento. Desde aquí hago y llamamiento a todos los zamoranos para que vayan a ver la exposición de encajes, porque pienso que realmente merece la pena.

-¿Qué supone para ustedes?

-Pues significa un momento importante, ya que podemos enseñar los trabajos que hacemos durante todo el año, nos reunimos las personas que tenemos la misma afición por el encaje y hacemos contactos. Es un buen momento para intercambiar opiniones e ideas con gente con la que tenemos mucho en común. Se puede aprender, intercambiar encajes...

-Hábleme de la Asociación de Encajeras, una entidad que tiene más o menos los mismos años que el Encuentro de Zamora.

-La Asociación lleva trece años y la formamos precisamente a raíz de la idea que surgió de hacer un encuentro. Ahora está ya muy asentada.

-¿Cuántos socios tiene?

-Alrededor de 130 socios.

-¿Cómo funciona, tienen talleres?

-Sí, hacemos talleres. Yo, por ejemplo, me dedico profesionalmente a ello, a impartir clases de encaje. Pero bueno, mi labor profesional no tiene nada que ver con la Asociación. En la Asociación hay gente de muchas procedencias.

-El mundo del encaje parecía hace unos años una actividad pasada de moda pero, como otras labores tradicionales, parece que se está valorando más en los últimos tiempos. ¿Es así?

-Sí, mucho, va para arriba. Lo notamos en la Asociación. Empezamos hace poco más de una década quince socias y hoy somos 130. Este año también nos afecta la crisis general, y para la gente desplazarse supone un esfuerzo, también económico, y claro, ahora se mira un poco más ese aspecto. Pero bueno, el mundo del encaje está en auge, es una actividad que va para arriba, completamente.

-¿Cuál es la motivación para hacer encaje?

-Pues se hace por afición. Hay que tener en cuenta que ya no solamente se hace el típico encaje que se metía en el cajón y allí se olvidaba. Hacemos cosas decorativas. Por otra parte, la gente necesita también el contacto con otras personas, y acudir a realizar labores de encaje a mucha gente le sirve como esparcimiento y relax.