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Los jóvenes pierden los trabajos estivales

Los desempleados de larga duración sustituyen a los estudiantes en los empleos del verano

Los jóvenes pierden los trabajos estivalesFoto José Luis Fernández

Los estudiantes fueron durante años los principales beneficiarios de los considerados «trabajos de verano», empleos temporales que se podían desempeñar durante las vacaciones que dejaba el instituto o la universidad y que permitían hacer acopio de unos ahorros extra con los que afrontar un nuevo curso escolar cuando llegase septiembre. Ahora, según las empresas de trabajo temporal y empresarios de la capital, este perfil del trabajador veraniego ha cambiado drásticamente. La causa es, como no, la crisis económica.

Ahora son los parados los que copan las solicitudes para trabajar durante estos meses. Así lo confirman desde las empresas de trabajo temporal, que afirman que «este verano es muy diferente a los que vivimos tiempo atrás», aunque no tanto como el del año anterior. Lo normal era que «los estudiantes coparan estas ofertas» pero ahora «se apunta gente de todo tipo», desde padres de familia que llevan una temporada parados y necesitan trabajar para llevar algún ingreso a casa a mujeres que tradicionalmente se han dedicado a las labores del hogar y que ahora, ante la falta de ingresos en la familia, se ven obligadas a lanzarse a un mercado laboral cada vez más competitivo.

La novedad es que estas personas ven en los trabajos de verano una «puerta abierta» para encontrar un puesto asalariado a largo plazo, algo que «muchos empresarios no pueden permitirse por la gravedad de la situación actual». No se trata, por tanto, del clásico trabajador estival, una persona que desempeña su labor durante tres meses sin expectativas de seguir en un futuro porque tradicionalmente tenían otra cosa que hacer: ir a clase.

Más candidatos, pero también menos puestos. Las empresas de trabajo temporal notan también una disminución en el número de ofertas laborales si se comparan los datos con los registrados antes del inicio de la crisis. El problema viene porque muchas empresas dejan de cubrir las vacaciones de sus trabajadores habituales y se amplían los turnos de los que trabajan. El mismo trabajo para más personas, mientras que antes lo más normal era ampliar plantilla.

Lo que permanece invariable es que los puestos de verano no se asocian a un perfil profesional concreto puesto que se pueden encontrar empleos en bares y restaurantes o en supermercados, puestos muy dispares. Los empresarios, como norma general, buscan personas con gran disponibilidad horaria y que sean proactivas. La experiencia es ahora más necesaria «que nunca» puesto que los empresarios «prefieren contratar a personas que hayan trabajado en el sector a otras que nunca hayan desempeñado puesto ahí pero que ahora lo solicitan».

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