«Nos conocimos en Salamanca en el año 1945, siendo los dos estudiantes. Él empezaba los cursos especializados de Filología Clásica y yo venía de la Universidad de Oviedo a hacer la especialidad. Cursamos tres años juntos», explicó ayer el profesor de la Universidad de Granada, José Luis García Rúa, amigo de Agustín García Calvo durante más de 60 años, quien fue presentado por Cándido Alfageme en la charla que ha abierto el ciclo de conferencias organizadas por el Foro Ciudadano sobre la figura del intelectual zamorano fallecido el pasado año.

García Rúa atestiguó que «aunque teníamos historias muy distintas y las vidas de estudiantes que llevábamos eran diferentes, siempre nos entendimos y, por algunas cuestiones personas, vi que él comprendía más de mí de lo que yo mismo me esperaba».

La amistad que mantuvieron «fue muy familiar, con una correspondencia fluida y un contacto telefónico frecuente», indicó el filósofo y anarquista asturiano al tiempo que reconoció que «durante el tiempo que yo estuve en Alemania perdimos el contacto, pero posteriormente nuestra amistad se fortaleció y fue más estrecha pues Agustín se había comprometido más en la lucha social». En este sentido el pensador recordó, con una sonrisa, que García Calvo y él durante su etapa de docentes en Salamanca «cuando los estudiantes comenzaron a movilizarse les hacíamos los panfletos de agitación».

El escritor señaló que «Agustín, independiente de que era una mente excepcional, era un hombre muy convencido de lo sentía y pensaba que hallaba también un espacio para el diálogo». García Rúa confesó que «en los últimos años ha existido entre nosotros una coincidencia de visiones del mundo y de actitud ante la sociedad».

Por su parte el representante del Foro Ciudadano, Cándido Alfageme, en su intervención, recordó que él fue alumno de latín de Agustín García Calvo «cuando contaba con 11 años». «Lo recuerdo como un profesor de la vida y del lenguaje» y subrayó que «nosotros aprendimos mucho de la lengua. Su actitud en el instituto fue impagable». Entre las vivencias que asocia con la figura del pensador zamorano figura «la representación de Macbeth que fue todo un acontecimiento para nosotros, entonces unos muchachos».