Dos años y medio después de aquella primera piedra que materializó el ambicioso proyecto del puente nuevo de Manterola, la obra pública más esperada de la última década cuenta las semanas para su punto y final.

Patrullas de operarios y maquinaria pesada trabajan en la finalización del viaducto, formado por una sólida forma de hormigón hueco. Varios de los brazos que forman los arcos del puente ya están finalizados mientras que desde las pilastras avanzan las estructuras que han cerrado ya en algunos casos la forma ovalada del viaducto sobre el río Duero. Los primeros arcos, de menor tamaño y que parten de la margen derecha, ya están finalizados, mientras que en la orilla ya está en marcha la rotonda elevada donde concluirá el viaducto. En esa misma orilla avanzan los trabajos de construcción de los viales y las rotondas de acceso con un importante impacto visual en Los Pelambres a pesar de que, en principio, la infraestructura no debería afectar de forma importante a este entorno, según las previsiones de la Junta de Castilla y León.

A través de Olivares, en la zona occidental de la ciudad, y de los Pelambres, en la margen izquierda, el nuevo puente y sus accesos dan forma a un nuevo sistema viario compuesto por cuatro tramos diferenciados, además del puente en sí, enlazados entre sí y con las carreteras de Almaraz y la N-122 en la margen derecha, así como con la carretera de Carrascal y la CL-527 en la izquierda mediante seis nuevas glorietas a punto de concluir.

La ubicación del puente fue causa de una fuerte polémica en la era de Antonio Vázquez entre la población zamorana, al considerar factores adicionales como el aislamiento actual de los barrios extremos o la conveniencia de una circunvalación en el límite oeste de la ciudad. Tras el análisis de las diversas ventajas e inconvenientes que presentaban las diferentes soluciones, los responsables de las administraciones implicadas adoptaron la decisión de establecer el emplazamiento del nuevo puente en el límite occidental del casco urbano, entre el barrio de Olivares en la margen derecha y Los Pelambres en la izquierda.

Camino de tres años desde la colocación de la primera piedra, el puente crece cada día a la espera de su culminación en los próximos meses.