La Cofradía de Jesús Nazareno interrumpió el cierre temporal del Museo de Semana Santa para trasladar uno de sus pasos, La Crucifixión, a la panera que la hermandad tiene en la calle Doncellas para restaurar «algunos desconchones» que fueron detectados en las figuras antes de ser desmontadas para viajar a Madrid el pasado mes de agosto y desfilar ante el Papa en el Jornada Mundial de la Juventud.

Decenas de miembros de la cofradía, la mayoría cargadores del paso, se dieron cita en la tarde de ayer en el Museo para hacer efectiva la conducción por las calles céntricas de Zamora. «Cuando se desmontaron las figuras, detectamos algunos desperfectos y nos comprometimos a poner remedio antes de la próxima Semana Santa», explicó el presidente de La Mañana, Miguel Ángel Hernández, que actuó junto al jefe de paso, Práxedes San Juan, como coordinador de este eventual traslado al local.

Un restaurador se encargará de los trabajos de mantenimiento, una tarea «menor», tal y como apuntan los responsables. Es preciso recordar que fue una empresa especializada en transporte de obras de arte la que acometió la operación de poner el madrileño paseo de Recoletos el grupo tallado hace más de un siglo por el imaginero zamorano Ramón Álvarez.

Bautizado ya como uno de los grupos clave de Jesús Nazareno, el paso regresará al Museo en unas semanas para participar en la próxima Semana de Pasión.