La Feria del Ajo es para José Rodríguez toda una tradición que recuerda desde la infancia. Aunque es consciente de que la crisis económica está pasando factura al sector agroalimentario, aspira a vender toda la producción traída desde El Maderal que durante estos días pone a la venta en la avenida de las Tres Cruces en el marco de la Feria del Ajo.
-¿Cómo ha ido la cosecha del ajo este año?
-Ha ido bastante buena, yo diría que el producto obtenido es de bastante calidad con ajos más curados y de mayor calibre que otros años porque el tiempo ha sido más caluroso.
-El hecho de que la feria tenga lugar en junio fuerza el proceso para que el ajo esté en su punto. ¿Qué problemas trae esta circunstancia?
-Que en ocasiones el ajo no está como tiene que estar porque es cierto que en otras ediciones el mes de mayo ha sido frío o lluvioso y no engordan y se curan como es debido. Sin embargo, este año no hemos tenido este problema así que estamos bastante satisfechos.
-Durante muchos años los productores han planteado la constitución de una cooperativa para la consecución de un certificado de calidad del ajo. ¿Respalda usted esta medida?
-Sería lo mejor porque somos bastantes productores y el rendimiento del ajo es bueno. Llevar a cabo una IGP supondría tener precios menores que los actuales pero a nosotros nos bastaría con cortar el ajo y llevarlo a un almacén, nos evitaría mucho trabajo y estar tres días aquí aguantando calor. Hace varios años hubo unas cuantas reuniones en este sentido pero ahora el tema está parado. No obstante, yo no compartía al 100% las bases de partida porque a mí me parece que hay mucha política de por medio.
-¿Qué precios manejáis este año?
-Como en ediciones anteriores, entre tres y cinco euros. No hemos subido nada y de aquí a un tiempo no incrementaremos los precios porque la crisis se nota mucho. La gente pasa, pregunta y compara.
-¿Hay mucho regateo?
-Mucho, la gente intenta bajar siempre un poco el precio que le das y acceder o no ya es cuestión de cada uno.
-¿Existe mucha competencia entre ustedes?
-La verdad es que no, nos conocemos casi todos entre nosotros ya que somos de la zona de Fuentesaúco y Fuentelapeña. Los precios son parecidos aunque luego cada uno cede o no al regateo en función de lo que le interese, eso está claro.
-¿Cuánta producción ha traído para vender?
-Alrededor de 1.500 ristras y espero venderlo todo, como el año pasado.
-¿Qué le une a este producto y a la feria?
-Es una tradición que me viene de mis padres. Asisto a la feria desde que tengo uso de razón, por eso seguimos viniendo cada año sin faltar nunca.
-¿Nunca se ha planteado otro tipo de profesión?
-La verdad es que no pero si ahora fuera joven, me lo replantearía. Es muy sacrificado porque hay muchos intermediarios de por medio. El futuro del sector lo veo crudo y yo estoy convencido de que esto se terminará a medio plazo porque los jóvenes vienen a la feria porque les gusta estar aquí dos o tres días pero no porque les atraiga este mundo.
-¿La importación de ajos chinos está haciendo mucho daño al sector?
-Yo creo que en Zamora no, al menos a mí no me consta. La gente suele comprar de la tierra.
-¿Cuáles son las propiedades del ajo?
-Dicen que para el reúma...
-«En casa del herrero, cuchillo de palo». ¿Se cumple este dicho en su caso?
-No, nosotros utilizamos mucho el ajo aunque solo para los guisos.
-¿Qué consejos da a los compradores de ajo para su conservación?
-Mantenerlos en un sitio seco y que no le dé el sol pero, no nos engañemos, como la cosecha salga mala...
-El proceso de enristar los ajos constituye en muchos pueblos todo un rito familiar. ¿Cómo es en su caso?
-En mi casa lo hacemos entre todos en función de nuestra disponibilidad. Se aprende rápido, no tiene mucha técnica, así que contribuimos todos los familiares para repartir el trabajo.