«Llevo hora y media aquí. Si esto va a tardar mucho, me marcho y vuelvo por la tarde, pero ¿nos van a cobrar todo el día en el parking?», se preguntaban unos a otros. Allí terció el empleado del estacionamiento, que compartía escenario con ellas. «Señora, yo sólo sé que la Guardia Civil me ha ordenado que saliera. Por lo demás no se preocupe, que ahora lo importante es mantener la integridad», aseguraba mientras los conductores seguían con la mosca de la tarifa detrás de la oreja. Todo el mundo se lo tomó con una paciencia infinita, incluso los que venían de lejos, como Rafael, de visita con su familia en Zamora y que regresaba cargado con unos cuantos kilos de garbanzos del cercano Mercado de Abastos para meterlos en el coche y regresar a Asturias. «Somos de Villaviciosa y venimos a menudo. Ahora nos volvemos al hotel y a ver si por la tarde podemos regresar a por el coche que mañana hay que trabajar», comentaban.