Enérgica, brillante y muy querida por sus compañeros y amigos. A esta zamorana de pro se le intuyen las ganas de trabajar por la cantidad de proyectos que le bullen en la cabeza, ante su nuevo puesto de presidenta de la Real Sociedad Española de Física, del que tomará posesión el próximo 15 de enero. La primera mujer en los 106 años de historia al frente de la institución científica, pero ella no se amedrenta y lucha porque los físicos y su trabajo tengan más presencia en la sociedad.

-¿Cómo han acogido sus compañeros el nuevo nombramiento?

-Están muy contentos. Son ellos mismos, los 3000 socios, los que me han escogido porque confían en mi experiencia en la Real Sociedad, en la que llevo desde 1982, para adaptarla a los nuevos tiempos.

-¿Qué ha supuesto para usted?

-Estoy muy contenta, pero el cargo implica mucho trabajo adicional. Yo soy muy perfeccionista y el intentar que las cosas salgan bien lleva muchas horas de dedicación.

-¿Ser mujer le ha supuesto algún contratiempo en su carrera?

-Ese es un tema que está cambiando. Cuando yo terminé la carrera, en 1975, la mayoría de mis compañeros eran hombres, ahora eso ya no es así. En mis primeros pasos en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), se hacían muchos proyectos de I+D con Europa , y que una mujer fuera científico no era normal, ni en España ni en Europa. De los doce representantes europeos que estábamos entonces solo estaba yo como mujer. Trabas directas nunca he sufrido y si alguna vez lo han intentado lo he tomado no por ser mujer, sino por el punto de vista científico, que somos un poco exigentes. Por ser mujer no lo he sentido.

-¿Qué proyectos de futuro tiene en mente?

-Tengo muchos proyectos para empezara a aplicar. Pretendo cambiar el funcionamiento de la presidencia, que no recaiga todo el peso y el trabajo en una misma persona, sino que se repartan las responsabilidades. También tengo el reto de acercar la ciencia y la física a la sociedad y aumentar el número de socios que forman parte de la Real Sociedad. Veo muy importante incluir gente joven, que tiene las nuevas tecnologías muy interiorizadas y hacen más dinámica y actual la institución.

-¿Cuál es el fin de la Real Sociedad Española de Física?

-Tenemos muchas actividades y proyectos. Somos los responsables de la Olimpiada Internacional de Física, grupos especializados, secciones locales, etc. Buscamos ser el punto de encuentro de los físicos en España, se dediquen a lo que se dediquen, investigación, enseñanza, empresas... Se tiene la idea de que el que hace física sólo tiene salida dando clases en un colegio. La Real Sociedad pretende cambiar ese concepto. Un físico puede trabajar en muchas cosas y hoy en día estamos en cualquier empresa. Hay un problema y nosotros lo resolvemos.

-¿En España se derrocha mucha energía?

-Muchísima. Importamos el 85% de la energía que utilizamos, de combustibles fósiles. Las energías que nosotros tenemos, que son las renovables, las estamos empezando a explotar ahora. La solar se utiliza menos que en Suecia o Noruega cuando nosotros tenemos mucho más sol. Ese es el gran problema español. Derrochamos la que traemos de fuera y la nuestra no la utilizamos tanto como deberíamos.

-¿Las administraciones están apostando por las energías renovables tanto como deberían?

-Sí, y eso se nota, aunque todavía queda bastante por hacer. Las renovables han tenido un «boom» en España y a todo el mundo le interesan, pero hay que pararse a pensar y evaluar qué se explota, cómo se explota y para qué.

-El proyecto sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar, (Afrisol). ¿Está ya revelando resultados positivos?

-Estamos viendo que se está consiguiendo, pero ahora estamos en la fase de evaluación, midiendo con el usuario y poniendo a punto todos los detalles, porque es muy complejo y más si cabe en los edificios de Asturias y Soria, que son 100% renovables. Hay que conocer cuánta de la energía que se utiliza es biomasa y cuánta es solar. Para eso tenemos más de 400 sensores que están continuamente tomando muestras y que nos van a desvelar hasta qué punto son eficientes. Hay que tener en cuenta que estos edificios son efecientes porque se adaptan al clima. Por ello la orientación hacia el sur y el aislamiento en la zona norte es fundamental para conseguir optimizar su rendimiento energético.

-En el edificio del Recinto Ferial de la capital, Ifeza, se está trabajando en este sentido para ahorrar energía.

-Sí, el edificio es imponente, un premio arquitectónico como diseño, pero la parte energética no estuvo considerada durante su construcción. Dentro de las actividades que estamos llevando a cabo desde mi grupo de trabajo del CIEMAT, figura un estudio de viabilidad del edificio en colaboración con la Escuela Politécnica de Zamora. Esto servirá para ver qué se puede hacer con Ifeza, teniendo en cuenta su diseño, pero que pueda ser eficente energéticamente. Que se esté bien dentro del edificio y se gaste poca energía, porque ahora mismo deja mucho que desear.

-¿Qué tipo de cambios o modificaciones se llevarán a cabo el inmueble?

-Modificaciones. Más aislamiento al norte, al sur sombreado... Las 24 personas de mi grupo llevamos trabajando tres meses con la Politécnica para sacar adelante este proyecto, en que el también hay que evaluar el coste económico, porque si hacemos un montón de mejoras a un precio desorbitante no hemos hecho nada.

-¿Es caro adaptar un edificio para que sea eficiente energéticamente?

-No, eso es falso. Lo que hace falta es un cambio en la mentalidad de los arquitectos. Hace diez años se obligó a que todas las casas tuvieran entrada de televisión y de teléfono, y nadie dijo nada. Ahora con la obligación de meter el agua caliente solar hay voces que se quejan de que es caro, hablan de cifras del 20%, pero unos captadores solares de los que se colocan en las viviendas, como mucho supone un 1% de incremento en el precio fianal de la vivienda.

-¿Considera que los constructores se implican a la hora de planear los edificios?

-La verdad es que mucho menos de lo que deberían. A ver si ahora con la situación de crisis por la que estamos pasando nos ayudan un poco más y miran por el euro.

-Otro proyecto descado para Zamora en este sentido y que se perfiló en la Cumbre Hisponolusa de este mismo año, es la creación de un Centro de Ahorro y Eficiencia Energética. ¿Cómo avanza?

-Por muy buen camino. En estos momentos se están produciendo continuos contactos entre el Gobierno, el CIEMAT y la Politécnica que están dando muy buenos resultados.

-¿En qué punto están las conversaciones?

-La Politécnica y el CIEMAT estamos ahora mismo elaborando un estudio de viabilidad de cómo se puede empezar con el tema formativo, porque hay que formar primero no sólo a los técnicos, sino a los usuarios, tanto a las empresas como a la sociedad.

-¿Qué significaría para la provincia acoger este centro?

-Lo primero es que se oiga Zamora, que se la conozca. El tema de eficiencia energética está en boga y la gente está tras él. Que en Zamora haya un centro y que encima sea un centro en colaboración con Portugal puede dar importancia a la provincia, trabajo, salida los formados en el campus de la capital, y sobre todo dejar claro que en Zamora se pueden hacer cosas muy importantes. Será muy beneficioso cuando las explotaciones ganaderas sean eficientes energéticamente.

-¿Podría considerarse Zamora un referente en energías renovables?

-Es lo que pretendemos, al menos con los portugueses. Presentaremos proyectos a la Unión Europea, subvenciones, trabajos para empresas, tanto de Zamora como de fuera. Ya hay empresas de la zona que se han interesado por si este centro va a ser una realidad pronto, cómo va a funcionar y si podemos hacerles trabajos y ayudarles a adaptar sus negocios a los nuevos tiempos.

-¿Hacia que aspectos energéticos está orientado el centro?

-Nos centramos en eficiencia energética en edificios, industrias y agricultura. En edificación ahora mismo hay mucho que hacer, sobre todo con la ley de Economía Sostenible. En rehabilitación de viviendas hay un filón muy importante.

-¿En qué plazo podremos verlo funcionando?

-En este año que viene sin duda. De hecho mi opinión es que como mucho antes del verano podremos tener en marcha el Centro de Eficiencia y Ahorro Energético en Zamora. Desde luego las fuerzas políticas están intentándolo. Yo desde mi lugar como científico, lejos de los despachos de los políticos, estoy trabajando duro y a contratiempo para que sea una realidad para la capital cuanto antes. Mi interés es profesional y además personal, porque que se haga realidad un proyecto de estas características en mi tierra es algo que me enorgullece y por lo que voy a luchar ahora y siempre.

-A pesar de ello la energía nuclear no está tan denostada como hace algún tiempo. ¿Volver a ella sería un error?

-La cuestión no es volver o no la energía nuclear, porque todas son necesarias y útiles. De lo que hay que hablar es de un mix energético. Hay que tener todas en cuenta, lo importante es para qué las usamos. Lo que no es lógico es que en una casa haya un termo eléctrico para calentar el agua, porque la energía eléctrica cuesta mucho producirla, económica y medioambientalmente, porque las centrales térmicas emiten mucha contaminación. Lo normal sería utilizar ese sol del que disponemos para calentarla. A la hora de abordar el tema energético no hay que plantear el debate de «nuclear sí, o nuclear no», sino que tenemos que estudiar para qué la vamos a usar.

-¿Y qué hacemos con los residuos?

-En temas de energía hay mucho que investigar y los residuos los seguimos teniendo. Se está trabajando mucho en torno al hecho de enterrarlos, pero aquí hay pensar y trabajar mucho al respecto.

-¿Qué hay que hacer para que la física no sea un concepto tan ambiguo para la sociedad?

-La solución pasa por inculcar la cultura científica a los niños desde pequeños. No les hablas de fórmulas pero sí, que el sol calienta, que hay sombras, que el viento se mueve... así pueden asimilar adaptando el concepto físico a mentalidad del niño y cuando crezcan les será más fácil. También incide el hecho de que la ciencia sólo es noticia cuando se produce algún descubrimiento puntual, luego ya no se habla más de ella hasta el próximo hito.

-¿Cree que los jóvenes salen bien preparados de las universidades para unirse a un grupo científico o a una empresa?

-Ahora mismo no hay físicos en paro. Esa es una de las grandes ventajas que tenemos. Evidentemente todos no están investigando, pero los hay en hospitales, bancos, empresas de seguridad.... De hecho son los físicos y los matemáticos los más cotizados en momentos de crisis, porque no deja de ser un problema al que se le busca una solución. Además los físicos españoles están muy bien valorados, tenemos un cerebro muy flexible.

-¿Qué nivel ocupa España en la preparación y capacidad de trabajo de sus físicos?

-En nuestro país tenemos gente muy preparada, que vale mucho y muy valorada. De hecho los físicos españoles son de los más codiciados.

-Sin embargo no hay ningún Premio Nobel español en física.

-No. Con el tiempo.

-La reciente Cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático no ha colmado las expectativas que se abrieron en torno a ella.

-Ha habido cosas buenas, como que China y Estados Unidos se han unido de alguna manera, aunque también han quedado puntos en el aire, los planes que llevaba la Unión Europea no se ha conseguido nada. El tema importante no es la cantidad ni las cifras, sino la mentalidad. A mí me parece perfecto que España quiera fijar unos objetivos para poder llegar a unas cifras concretas y reducir las emisiones, pero no se están cumpliendo. El año pasado se proclamó que España había rebajado de un 54% a un 52%, pero no fue por conciencia social de usuario, sino por la climatología. En este punto en España queda muchisimo por hacer. No sé cómo lo vamos a conseguir, haremos algo entre todos, pero queda mucho camino.

-El tiempo le ha dado la razón y una lucha suya, la de que en los edificios la temperatura no suba en invierno de 22 grados y en verano no baje de 24.

-Sí eso es lo que dice la ley de Economía Sostenible y ya es hora, después de 22 años. Pero yo no me creo que este verano vaya a haber en España 24 o 26 grados en los bares, tendría que haber un termostato para leerlo y demostrarlo, y ojalá sea así.

Zamora (1950)

María del Rosario Heras es licenciada y doctora en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. Se especializó en energía solar y fundamentó su tesis en el comportamiento de los captadores solares. En 1976 comenzó a colaborar con la Real Sociedad Española de Física, como investigadora y docente. Años más tarde, en 1986 fue nombrada investigadora principal en el Instituto de Energía Renovables, el actual CIEMAT. Ha participado en más de 60 proyectos de investigación relacionados con eficiencia energética en la edificación y en los últimos años se ha involucrado en «Envite», un proyecto para optimizar y diseñar contenedores demostradores de energía, un proyecto relacionado con el más ambicioso Pre-afrisol, que busca reducir el consumo de edificios entre un 80% y 90%.

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