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Luis Manuel Salmeron Rivero, Mago: «Ver la cara de ilusión de las personas me hace sentir bien»

«Alguna vez un truco no sale como esperabas, ahí entra la habilidad y la experiencia de los magos»

- La magia ha estado muy presente en su infancia. ¿Cómo decidió dedicarse a este mundo?

- Mi padre es mago y yo al principio sólo quería conocer el secreto de los juegos de magia. Pero poco a poco descubrí que realmente era un arte y decidí dedicarme al mundo de la magia.

- ¿Se puede vivir de la magia?

- Lo intento pero es muy difícil. En un principio estudié económicas pero me han ido saliendo muchos trabajos sobre la magia y he dejado un poco apartada la carrera.

- ¿Cree que la gente se sigue ilusionado cuando ve un truco de magia?

- Yo creo que tanto los niños como los mayores se siguen sorprendiendo con la magia. Esta mañana se ha acercado un anciano diciendo que la magia no era para él, sino para los niños, pero ha estado un rato observando y al final se ha quedado hasta que terminó.

- ¿Qué es lo más difícil de ser mago?

- Captar la atención del público. Cada mago tiene su manera de actuar. Un mismo juego cada uno lo realiza de diferente manera y eso hace que llame más o menos la atención del público. Hay que usar un poco de psicología para llamar la atención de las personas.

- ¿Cuál es su táctica?

- De la magia a mí me gusta una rama que se llama la manipulación. Yo utilizo objetos o una baraja de cartas y con la música de fondo voy haciendo efectos que impresionan mucho a los niños.

- Hay muchas ramas dentro de la magia. ¿Porqué se dedicó a la manipulación?

- Mi padre se dedicaba a la magia general, de todo un poco. Un día me trajo un vídeo sobre un mago americano que realizaba este arte y de la manipulación y me quedé fascinado.

- ¿Cuál es el juego de magia que más impresiona al público?

- Las cartas gigantes. Hago que desaparezcan, hago abanicos con ellas...

- ¿Cómo se aprende este arte?

- Empiezas probando cosas y enseñas los trucos que has aprendido a la familia, que es la eterna sufridora. Luego a los amigos y la verdad es que engancha mucho.

- ¿Su padre ha sido su maestro?

- Sí. También había en Granada un mago que se llamaba Miguel Aparicio que había estado en Barcelona y cuando se trasladó a Granada me enseñó muchas cosas.

- ¿Cuántos años lleva dedicado a esta profesión?

- Más o menos quince años.

- Aunque sabe mucho de magia, ¿alguna vez le ha salido mal un truco en plena actuación?

- Alguna vez las cosas no salen como esperaban. Ahí entra la habilidad de cada uno de los magos así como la experiencia.

- ¿Es la primera vez que viene a Zamora?

- Para actuar como mago sí y la verdad es que me encanta.

- ¿Un mago siempre tiene que estar abierto a aprender de sus compañeros?

- Por supuesto. Nunca dejas de aprender. Muchas noches nos reunimos todos los magos y cada uno de ellos muestra sus trucos y la verdad es que muchas veces te quedas realmente impresionado.

- ¿Qué es lo que más ilusión le hace de su trabajo?

- Ayer estuve en actuando en los asilos y en los hospitales. Ver la cara de ilusión de esas personas me hace sentirme muy bien.

- ¿Cuál es la petición más rara que le han hecho después de una actuación de magia?

- Siempre está lo típico, ¡Haz desaparecer a mi suegra! o ¡Haz desaparecer a mi hijo! o ¡Transfórmame esto en dinero!.

- ¿Hay miedo de que se pierda ese encanto de la magia?

- En un programa de Antena 3, había un mago que iba enseñando paso por paso como se hacían los juegos de magia. Hubo esa preocupación de que se perdiera ese gusanillo por lo desconocido pero la verdad es que se olvidó pronto.

- ¿Cree que todo el mundo puede ser mago?

- La verdad es que hay que ir paso a paso. Si una persona sólo quiere saber el truco final, nunca podrá ser un buen mago. Hay que tener mucha práctica y tomarlo con calma.

- ¿Le siguen sorprendiendo los trucos de magia?

- En los congresos de magia que hay anualmente cada mago te sorprende con un nuevo truco y a veces te quedas con la duda de saber como se hace.

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