Entrevista | Paco Cañamero Periodista y escritor

“El toreo en España está en uno de sus momentos más difíciles”

“El Niño de la Capea y Julio Robles son inimitables, cada cual tenía su personalidad y un estilo que nadie ha podido seguir”

El periodista Paco Cañamero presenta su último libro. | Jose Luis Fernández

El periodista Paco Cañamero presenta su último libro. | Jose Luis Fernández / B. B. G.

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

El Niño de la Capea y Julio Robles, dos figuras emblemáticas del toreo del siglo XX, son los protagonistas del último libro de Paco Cañamero, “Capea-Robles. 50 años de competencia y torería”, que ayer presentó en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

–¿Cómo surge la idea de unir a estas dos grandes figuras del toreo en un mismo libro?

–Llegaba el 2022 y se cumplían 50 años de su alternativa, así que consideré que era el momento de mostrar a través de una obra literaria lo que habían significado para el toreo, con su gran rivalidad del en los ruedos.

–¿Era una rivalidad sana o verdaderamente había competencia?

–Eran rivales con todas las consecuencias, sobre todo, porque así lo eran también sus seguidores. Primero estaba su torero y después nadie más. Ambos llegaron a ser leyenda, con un enfrentamiento que comenzó en 1971 y finalizó en 1988.

El Niño de la Capea y Julio Robles eran rivales con todas las consecuencias

–¿Qué destacaría de cada uno de ellos?

–El Niño de la Capea tenía una gran entrega, ganas de cooperación y amor propio, mientras que de Julio Robles destacaría su estilismo y su arte. Eran dos toreros diametralmente opuestos y con conceptos antagónicos. Sin lugar a dudas, ese fue el gran engranaje que alimentó su leyenda.

Carmen Ferreras, durante la presentación del libro de Paco Cañamero.

Carmen Ferreras, durante la presentación del libro de Paco Cañamero. / JOSE LUIS FERNANDEZ

–¿La leyenda de Julio Robles hubiera sido más grande de no ser por aquella cogida en la plaza francesa de Beziers en 1990?

–Se quedó por el camino, sin completar. Si no hubiera sido por esa cogida, su leyenda hubiera sido mayor, porque Julio estaba creciendo cada año, era un torero importantísimo y la referencia total de esa época, sobre todo para los que eran los grandes aficionados.

–¿Se puede decir que ambos tienen dignos sucesores?

–Son inimitables, cada cual tenía su personalidad, su estilo, su identidad y no hay nadie que los pueda seguir. De hecho, tantos años después de que acabaran su trayectoria artística, los seguimos recordando con añoranza y pasión.

La tauromaquia, en la actualidad

–Aun así, ¿a qué toreros actuales destacaría por su arte?

–Está Morante de la Puebla por encima del bien y del mal, y después Diego Urdiales, Fernando Robleño y Ucela Leal son los toreros de mi predilección.

–Sin duda, Morante por delante de todos.

–Tiene un gran valor y la capacidad para haber bebido de fuentes de toreros importantísimos, como fue, por ejemplo, Manolete, Chicuelo, Joselito o Pepe Luis Vázquez.

Morante de la Puebla está por encima del bien y del mal

–¿En qué lector pensó cuando escribió este libro?

–Evidentemente, en el aficionado a los toros, pero también en el que quiera conocer las perspectivas sociales de una época a través de la fiesta de la tauromaquia.

–¿En qué momento se encuentra el toreo en España?

–Es una situación complicadísima, de las más difíciles de su historia y con muy graves problemas, perjudicados además por el actual momento político que vivimos. Aunque los propios personajes de la fiesta lo quieran disfrazar buscando el triunfalismo, la realidad es que la fiesta atraviesa una crisis tremenda.

–¿Tiene confianza en que remonte?

–Sin duda, porque ha tenido otras crisis muy serias e importantes y ha sabido salir de ellas.

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