Principios de mayo. Zamora ofrece 38 plazas para los médicos MIR que acaban su formación. Se abre el plazo de solicitud, pasa una semana y nadie quiere venir: ningún médico elige Zamora para hacer el MIR durante los primeros siete días. La provincia ostentaba el triste récord de no haber asignado ninguna plaza después de una semana de adjudicación de puestos de MIR (Médico Interno Residente) a nivel nacional. Un título que compartía con las provincias de Ávila, Palencia, Segovia y Soria además del área del Bierzo, que tampoco habían sido elegidas.

Pasan los días. Hay que esperar hasta el número 3.629 para recibir la primera petición en Medicina Familiar y Comunitaria. O, lo que es lo mismo: ha habido 3.628 peticiones, una detrás de otra, que han pasado olímpicamente de este territorio. Llega el último día de plazo para elegir. Zamora solo cuenta con una plaza asignada. Se acaba el tiempo, apenas quedan dos minutos. Zamora registra una solicitud más. Ya van dos. Último minuto: dos nuevas peticiones más. Así se han cubierto este año en Zamora las cuatro plazas de las doce ofertadas para Medicina Familiar y Comunitaria. Es decir, tras un mes de plazo entre el 29 de abril y el 20 de mayo, fechas en las que estuvo abierto el sistema de elección, ocho de las doce plazas MIR de Medicina Familiar han quedado desiertas. Algo que no recuerdan ni los más experimentados del lugar.

Desglose de las 38 plazas MIR ofertadas en Zamora

En Zamora se ofertan 20 plazas de médicos especialistas hospitalarios: Se trata de dos plazas en las especialidades de Anestesia y Reanimación, Traumatología y Medicina Interna, y una plaza en cada una de las siguientes disciplinas: Aparato Digestivo, Cardiología, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Endocrinología, Hematología, Medicina Intensiva, Nefrología, Neurología, Ginecología, Oncología Médica, Oncología Radioterápica, Otorrinolaringología, Psiquiatría, y Urología.

Además se ofertan 14 plazas para Atención Primaria, dos en cada una de las zonas básicas de salud: Toro, Benavente, Aliste, Villalpando, Sayago, Sanabria y Alta Sanabria y el punto de atención continuada (urgencias) de Zamora capital.

Además se ofertan cuatro plazas de pediatras del programa de fidelización de residentes en las zonas básicas de salud de Benavente (dos), Zamora urbano y la que comparten Guareña, Corrales y Campos Lampreana.

Una situación que se repite en Castilla y León

En la Comunidad, la situación no ha sido mucho más favorable. Un total de 45 plazas de medicina familiar y comunitaria quedó vacante en Castilla y León, el 28 por ciento de las 161 ofertadas, tras concluir el proceso de adjudicación de los destinos, según fuentes sanitarias. Esto significa que se han ocupado 116 puestos. Después de de Zamora, con la ocupación solamente de 8 de las 12 plazas ofertadas, Soria registra la segunda cifra más alta de plazas vacías, al solo ocupar 12 de las 15 ofertadas. Aunque en el municipio vallisoletano de Medina del Campo, por ejemplo, no se ha ocupado ninguna de las cinco plazas ofertadas.

Otras cinco quedaron sin pedir en Burgos, de 16 que se ofertaban; una en Aranda de Duero (se han ocupado las otras cuatro); dos vacías en León de un total de 18; una en Miranda de Ebro de cinco; cinco en Palencia de las 12 que se sacaron; y seis vacías en Ponferrada, donde solo ha quedado sin solicitar una plaza.

Por el contrario, se ha completado el cupo de las zonas urbanas de Valladolid, que era la que más ofertaba: 15 en Valladolid Este y 20 en Valladolid Oeste. Lo mismo ocurre en Salamanca, donde se han consignado las 14 que se proponían, en Segovia, con ocho, y Ávila, con nueve.

Plazas MIR para la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. RF Studio

Pero, ¿por qué no eligen Zamora?

Que Zamora no es atractiva para los futuros profesionales de la medicina es un hecho que se corrobora año tras año en este carrusel de adjudicación de plazas. El sistema de adjudicación refleja el fracaso del sistema, de lo poco atractiva que resulta la provincia para los profesionales MIR y del problema que se cierne sobre el territorio a futuro si no se ponen remedios. Además, la situación podría ser todavía peor, teniendo en cuenta que no todos los aspirantes terminan por formalizar su aceptación de la plaza asignada. 

  • Desencanto con la Atención Primaria. Que ocho de las doce plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria hayan quedado vacantes en Zamora debería suponer por sí mismo un toque de atención para la administración que le hiciera pensar qué es lo que no está funcionando. Pero, por si eso no fuera suficiente, se pueden sumar al interrogante las 45 que han sido declaradas desiertas en el conjunto de Castilla y León o las 200 de toda España. Cada vez es más complicado que la Atención Primaria resulte atractiva a los médicos que se incorporan al ejercicio.
  • Una provincia eminentemente rural. La dispersión geográfica del territorio puede echar para atrás a los médicos. Lo que para muchos supondría un auténtico paraíso en cuanto a calidad de vida y tranquilidad, ejercer la profesión en pueblos como Porto de Sanabria, el municipio que alberga una persona por metro cuadrado, la menor densidad de población que existe en la frontera zamorana, puede no resultar atrayente.
  • Un trabajo en carretera. Al hilo de lo anterior, algunos profesionales de Atención Primaria se ven obligados a pasar parte de su jornada laboral al volante de su vehículo para pasar consulta en distintos centros médicos. Una ruta entre consultorio y consultorio que puede causar rechazo para muchos de los jóvenes médicos, bien por comodidad o bien por seguridad, por miedo a sufrir un accidente in itinere en la red de carreteras.
  • Centros no universitarios. Zamora no cuenta con hospital universitario como sí lo tienen las provincias vecinas de Salamanca y Valladolid. Dos provincias con Universidad propia donde muchos de los alumnos que han estudiado en ellas prefieren continuar su formación antes de cambiar de destino.
  • Saturación del sistema por una población envejecida. Además de ser una provincia rural, Zamora es una población envejecida con una edad media que supera los 50 años. Una coyuntura que, por ende, conlleva un número mayor de consultas relacionadas con la salud de los pacientes y que deriva en una saturación del sistema ante la falta de médicos y acentuada en verano con el traslado de cartillas.
  • Falta de servicios. Los MIR conforman una de las necesidades básicas de los pueblos: la salud. Pero junto a ella, los municipios más pequeños carecen de otros servicios vitales hoy en día como pueden ser la falta de comunicaciones, la cobertura telefónica o el acceso a Internet.
  • Diferencia de salarios. La diferencia entre un médico que trabaje en Murcia con otro que lo haga en Castilla y León puede ser de hasta 584 euros al mes; y de casi los 400 si se compara con el País Vasco. Caso aparte es el de Ceuta y Melilla, donde se prima la llegada de facultativos con retribuciones que pueden suponer un extra de hasta 1.140 euros brutos por mensualidad, y sin contar las guardias y otro tipo de complementos.

Te puede interesar:

Y ahora bien, analizado el problema, ¿cuál es la solución para que Zamora sea el destino soñado por los MIR?