Su malperder quedó marcado a golpe de sillazo en cada máquina recreativa y tragaperras que se encontró a su paso en el corto recorrido que llegó a hacer por una sala de juego de Benavente, sin que el dueño del local pudiera calmar la furia del cliente a pesar de intentarlo. La ira le levantó como un resorte del asiento que le mantenía frente a la ruleta que “limpió” lo apostado y le dejó sin blanca diez minutos antes de la media noche. El hombre, alto y corpulento, no dudó en reventar las pantallas de varias máquinas. Primero, la cúpula de cristal de la ruleta que le había lanzado a la mala suerte, con la que se cebó antes de que el trabajador del establecimiento le llamara la atención, instante en el que pasó del taburete al extintor. Las cámaras de seguridad del local le grabaron arremetiendo con el “matafuegos” a la cúpula de cristal que recubre la ruleta hasta estallarla.

A golpes contra las máquinas

El cabreo fue a mayores y el jugador se llevó por delante 6 pantallas, las máquinas tragaperras, la de cambio, un monitor de un ordenador situado en el mostrador del local y uno de los billeteros de la ruleta. El estropicio se traduce en un montante de 16.983,36 euros por los perjuicios ocasionados en el establecimiento de ocio, cantidad que deberá pagar a la dueña del local, tras ser condenado por el Juzgado de lo Penal por los graves perjuicios causados, delito de daños que le costará una multa de 1.050 euros.

Tras varios minutos de idas y venidas arrojando sillas sobre las máquinas que pillaba en su nervioso recorrido, el trabajador del local logró calmar al cliente, de iniciales H.H. y 45 años de edad, no sin enfrentarse a él y forcejear. El empleado, al que se ve puede ver corriendo tras el cliente, intentando pararle, llevó las de perder: policontusiones y un ataque de ansiedad, por lo que tuvo que ser atendido por personal sanitario. La víctima de la agresión tardó en sanar de sus heridas diez días, según el informe que recoge el escrito de la Fiscalía Provincial.

Un herido leve: el informe médico

El informe médico del herido leve concreta que el trabajador sufrió un perjuicio moderado durante tres días después del forcejeo con el imputado, mientras que durante los siete restantes se indica que el daño fue básico y que no se ha enfrentado a ninguna secuela. La magistrada de lo Penal ha condenado al cliente a indemnizar con 300 euros al empleado de la sala de juego por las lesiones leves que le causó.

El impuesto admite los daños causados

El imputado admitió los daños causados y las heridas provocadas al trabajador, lo que le permitió que se le aplicasen circunstancias que atenúan las penas por los perjuicios económicos y por los daños físicos, además de evitar que se desarrolle el juicio.

La ludopatía leve que padece, acreditada por el forense que le examinó, no le ha servido, sin embargo, para reducir la condena que la impuesto la magistrada, puesto que el informe médico indica que el trastorno del juego “no afecta a su capacidad de obrar y decidir libremente”. Es decir, el carácter violento que mostró tras perder a la ruleta no está relacionado con su adicción leve, que no llega a tal punto de impedirle controlar su conducta.

Detenido de inmediato

Solo la presencia de la Policía Municipal de Benavente en el céntrico establecimiento logró calmar los ánimos del jugador, que fue detenido de inmediato, ese 22 de enero de 2020, para prestar declaración y comparecer ante el juez.

Tras llegar al acuerdo con la Fiscalía este jueves, 3 de febrero, e imponerle las multas para que pagar por los dos delitos cometidos, el varón deberá hacer frente a la indemnización a la empresa con el pago de cuotas, que de incumplir terminarán por conducirle a la prisión de Topas.