Zamora es la provincia con más municipios en riesgo de despoblación de toda La Raya entre España y Portugal. Así aparece reflejado en el diagnóstico de la estrategia común de desarrollo transfronterizo, que incluye también los datos de la parte lusa. Esas cifras muestran que ningún otro territorio tiene tantas localidades con una densidad de población inferior a los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, el límite fijado por la Unión Europea para señalar cuáles son las zonas en una situación preocupante a nivel demográfico.

Según estos datos, un 75% de los ayuntamientos de Zamora se sitúa por debajo de esa densidad de población. En España, tan solo Salamanca (72,1%) se acerca a esas cifras, mientras que, en la parte portuguesa, la zona de la Beira Baixa (66,7%) es la más afectada. En lo referente a Tras-os-Montes, la región lusa más vinculada a la provincia, el informe señala que apenas un tercio de los municipios está por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado.

Así las cosas, la situación de muchos de los pueblos de Zamora se presenta complicada, a la espera de soluciones. En los últimos días, las noticias llegadas de Bruselas permiten albergar una cierta esperanza, y es que el nuevo reglamento de los fondos Feder reclama una especial atención en el reparto de fondos a los municipios o agrupaciones de municipios con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, y a las zonas que hayan perdido un 1% de su población interanual entre 2007 y 2017.

Un cartel de Zamora debajo de un stop. | Nico Rodríguez

Zamora como provincia cumple el segundo de los criterios, y muchos de los municipios, especialmente en la parte fronteriza, también encajan en el primero. De ahí que el marco plurianual 2021-2027 aparezca en el horizonte como un posible punto de inflexión para que las ayudas empiecen a llegar de forma ágil y directamente a las zonas más afectadas.

Lo cierto es que, más allá del dato concreto sobre densidad de población a nivel municipal, el diagnóstico de la realidad transfronteriza realizado por España y Portugal pone de manifiesto que la provincia tiene muchos indicadores de los que tirar para lanzar un SOS a las administraciones superiores. Sin ir más lejos, en porcentaje de pérdida de población, Zamora, con su casi 11% entre 2011 y 2019, solo se puede comparar con el Alto Alentejo luso.

A nivel municipal, casi un 95% de los ayuntamientos de la provincia ha perdido población en este periodo. Aquí, salvan el pleno los pueblos del alfoz, que han crecido en los últimos años como lugares dormitorio de la capital, en detrimento de la propia ciudad, que ha ido mermando poco a poco.

Más allá de estos datos, el envejecimiento o la escasa natalidad sitúan a la provincia en un escenario peor que el de otras zonas fronterizas. Cabe esperar que España y Portugal se pongan manos a la obra también para cumplir los acuerdos alcanzados en octubre en la cumbre de Guarda, e impulsen así el desarrollo de un espacio empobrecido y que lucha ya por su propia supervivencia.

LA ESPERANZA DE VIDA DE LOS ZAMORANOS ALCANZÓ LOS 83,4 AñOS EL AÑO PASADO, SEGÚN EL INE

La esperanza de vida de los zamoranos al nacer creció hasta los 83,4 años en 2019, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Se trata de un ligero aumento con respecto al año anterior, cuando se situaba en 83,13. Además, aquí hay que diferenciar entre los hombres (80,75) y las mujeres (86,27), aunque ambos géneros han mejorado sus perspectivas a lo largo de las últimas décadas.

No en vano, la serie histórica del INE muestra que, en 1975, la esperanza de vida de los zamoranos al nacer no alcanzaba los 74 años, una estadística que demuestra que las personas cada vez viven más, y que pone de manifiesto el reto del envejecimiento al que ya se está enfrentando la sociedad.

Otro dato interesante en ese sentido es el de la esperanza de vida a partir de los 65 años. En Zamora, de media, las personas que alcanzan la edad de jubilación viven cerca de 22 años más: 20 en el caso de los hombres y 24 si se trata de las mujeres.

Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística también aporta otras cifras que, de un modo u otro, también tienen relación con el aumento de la esperanza de vida y con el retraso que se ha ido acumulando en algunos procesos vitales. Por ejemplo, en el caso de los nacimientos, la edad media de las madres al tener su primer hijo rozó los 32 años en 2019 en la provincia, cuando en 1975 se situaba en los 25.

Algo similar sucede con las bodas. En 2019, la edad media al matrimonio fue de 37,4 años, cuando cuatro décadas antes apenas superaba los 27. Precisamente, en lo que tiene que ver con la nupcialidad, durante el año pasado se registraron 398 bodas en la provincia.

En ese sentido, llama la atención que tan solo tres de ellas se produjeron en personas del mismo sexo, todas ellas entre hombres. Es decir, que los matrimonios homosexuales supusieron un 0,75% del total en la provincia. En España, ese porcentaje ascendió por encima del 3%, según el INE.

Cabe esperar que, en 2020, los datos de nupcialidad caigan de forma estrepitosa, ante las suspensiones ocasionadas por la pandemia.