Los datos demográficos siguen ofreciendo la imagen de una provincia en decadencia. Según el Instituto Nacional de Estadística, nueve de cada diez municipios de Zamora presentaron un saldo vegetativo negativo en 2019. Es decir, registraron más muertes que nacimientos a lo largo del año. De hecho, tan solo ocho ayuntamientos contabilizaron más alumbramientos que decesos en el ejercicio anterior. Es el caso de Abezames, Arcenillas, Casaseca de las Chanas, Palacios de Sanabria, Revellinos, Roales, San Agustín del Pozo y Villanueva de Azoague.

Además, un grupo algo más nutrido registró el mismo número de muertes que de nacimientos en 2019. Es lo que sucedió en Bustillo del Oro, Gallegos del Pan, Gamones, Gema, Maire de Castroponce, Matilla la Seca, Peñausende, Pobladura de Valderaduey, Prado, Pueblica de Valverde, Robleda-Cervantes, Salce, Torres del Carrizal, Trefacio, Vega de Tera, Villalobos y Villanueva de Campeán. El resto se situó en números negativos, como es costumbre en una provincia con décadas acumuladas de sangría demográfica.

En ese sentido, el dato provincial resulta revelador. A lo largo de 2019, tan solo nacieron 307 niños por cada 1.000 defunciones que se produjeron en Zamora. La cifra es la más baja de toda España y deja patente la difícil situación que atraviesa el territorio ante el frenazo de la natalidad y el avance del envejecimiento. En números totales, durante el pasado año vinieron al mundo apenas 837 bebés en la provincia. En el mismo periodo, murieron 2.705 personas.

Cabe destacar que Zamora nunca había llegado a esa diferencia entre muertes y nacimientos en ninguno de los años de la serie histórica. En 2018, la cifra de alumbramientos por cada 1.000 decesos fue de 325, también récord negativo en su momento, y si se echa la vista atrás se percibe esa tendencia hacia el progresivo castigo demográfico cuyo suelo parece no haber llegado todavía.

Así las cosas, a partir de 1998, los fallecimientos empezaron a duplicar a los nacimientos en la provincia, pero ahora los triplican con creces. Para llegar a la fecha en la que los bautizos superaban a los entierros en Zamora hay que remontarse a 1980. Desde entonces, 40 años de caída que, desde luego, no se han compensado con un saldo migratorio incapaz de compensar semejantes pérdidas.

Lo cierto es que la situación parece difícil de revertir a corto plazo. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, Zamora sigue siendo el territorio con mayor índice de envejecimiento de España, y la provincia con una media de edad más elevada, cerca ya de los 51 años.

En ese sentido, Zamora ha avanzado en la tendencia del país hacia una población más envejecida, pero de un modo más acelerado. En 1975, cuando empieza la serie histórica facilitada por el INE, la provincia tenía una media de edad de 37,21 años y se veía superada por cinco provincias con un promedio más elevado.

A partir de entonces, el envejecimiento de Zamora ha ido en aumento de forma más veloz que en cualquier otro territorio, hasta el punto de que tan solo Orense se puede comparar con la provincia en esta estadística. Aun así, el territorio gallego, que tenía una media de edad un año mayor a la de la población zamorana cuando comenzó el siglo, ahora se encuentra por detrás en la lista.

Como complemento a estos datos, el Instituto Nacional de Estadística también informa del porcentaje que representan sobre la población total determinados grupos de edad de personas mayores. Nuevamente, Zamora se ubica como la zona de España con más mayores de 80 años.

De hecho, un 12,29% de los habitantes de la provincia ha entrado ya en la novena década de sus vidas, cuando en el resto de España esa franja de la población representa apenas un 6%. Es decir, Zamora tiene el doble de octogenarios que la media del país, en relación con su cifra total de habitantes.

En lo referente a los mayores de 65, cabe destacar que tres de cada diez habitantes que tiene Zamora superan la edad de jubilación. Esto quiere decir que, aproximadamente, hay unas 52.500 personas que pasan de esta edad en la provincia. Según los propios datos del INE sobre el índice de envejecimiento del territorio, los componentes de este grupo de edad triplican a los menores de 16.

En el resto de provincias de Castilla y León y de otras partes de la España Vaciada presentan una tendencia que también va en la línea del envejecimiento y de la pérdida de población mayor, pero la posición de Zamora a la cabeza de tantas estadísticas negativas permite visualizar un contexto especialmente grave en este territorio.

No en vano, el propio Instituto Nacional de Estadística realizó hace varios meses una serie de proyecciones de población que dibujan un escenario dramático para Zamora. De no cambiar las cosas, la provincia perderá 30.000 habitantes en los próximos 15 años, según la previsión realizada a través de estos estudios.