La escritora zamorana Yolanda Fidalgo presenta hoy en la Biblioteca Pública del Estado su último libro, “Las hogueras del cielo” (Roca Editorial), una novela que repasa los primeros descubrimientos astronómicos a través de un viaje en el tiempo hasta principios del siglo XX.

–¿Qué historia van a descubrir los lectores que lean “Las hogueras del cielo”?

–Me cuesta mucho resumirla. Está clasificada como histórica, pero yo creo que trasciende un poco el género. Tiene muchos matices y desde el primer episodio ya hay sorpresas. El escenario histórico es el observatorio Monte Wilson, que fue el primer observatorio que se construyó en la cima de una montaña y donde se hicieron los descubrimientos astronómicos más importantes del siglo XX, que iniciaron la astronomía moderna. Allí se descubrió que el universo es muy grande y que se está expandiendo, lo que fue la base para el resto de teorías astronómicas que vinieron después.

–A ese peculiar escenario se suma que la historia se remonta a mayo de 1910, ¿por qué ha elegido esa fecha tan determinada?

–La historia se desarrolla entre la década de 1910 y 1920, la época en la que se desarrolló el observatorio. Había dos telescopios muy grandes. Uno era de 60 pulgadas, que se inauguró en 1908, y luego estaban construyendo otro, de 100 pulgadas, que son 2,5 metros de diámetro, que era enorme. En aquella época nadie pensó que aquello pudiera funcionar, pero el director del observatorio, George Ellery Hale, se empeñó en construirlo, era su meta porque pensaba que arriba, en el universo, estaban todas las respuestas, pero no había manera de descifrarlas. Una manera de hacerlo podía ser construir ese observatorio. Es la década en la que mis personajes ficticios, Henry y Ellie, dos mellizos, viven en el observatorio con los personajes reales, que son los astrónomos de aquella época.

–¿Qué peso tiene la astronomía en el desarrollo de la novela?

–La astronomía es el trasfondo. Está la historia de los dos personajes que llegan al observatorio porque tienen que huir de su casa. Una noche, que es en la que la Tierra atraviesa la cola del cometa Halley, el 18 de mayo de 1910, pasa un hecho terrible que cambia por completo sus vidas y les obliga a huir. Henry estaba estudiando Astronomía y a Ellie no le dejan porque en aquella época a las mujeres no le permitían estudiar nada. Pero ella leía todos los libros de su hermano de Astronomía porque a los dos les encantaba. En el momento de huir deciden ir al monte Wilson y allí se encuentran con su propio destino, hay una desaparición y un asesinato que lo cambia todo.

–Los protagonistas del libro son Henry y Ellie en una época en la que las mujeres no lo tenían fácil, ¿aborda esa falta de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres?

–Sí, abordo esa desigualdad porque, por ejemplo, en el observatorio Monte Wilson no estaba permitido que trabajaran mujeres. La única mujer que había era la cocinera. Ninguna mujer tenía permitido observar por los telescopios. A las mujeres las utilizaban solamente como “calculadoras”, es decir, para hacer los cálculos, compilar los datos de las estrellas porque hacían clasificaciones de las mismas. Ellas estaban en Pasadena, en unas oficinas que tenían allí y no les permitían subir a la cima. Además, les pagaban bastante menos que a los hombres. Igual que en Harvard, que hay un grupo de mujeres muy famosas, a las que llamaban el harén de Pickering, que era el director. Las llamaban así porque él fue el primero en usar mujeres para esto porque eran muy trabajadoras y calculaban muy bien y además salían más baratas que los hombres.

–¿Cree que esa igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres sigue siendo un reto todavía pendiente en la sociedad actual?

–Claro, todavía es un objetivo pendiente. En la literatura se ve claramente. Hay muchas escritoras, pero la mayor parte de las cosas que se publican son novelas masculinas y los premios los consiguen sobre todo los hombres, con una desigualdad muy acusada. Todavía nos queda por pelear mucho.

–¿Cómo ha sido el proceso de documentación para crear esta nueva historia?

–La escritura de esta novela ha sido un proceso que ha durado varios años. La documentación fue bastante compleja porque yo quería artículos que me llevaran a ese observatorio en esa época determinada. Escritos sobre astronomía sí hay, sobre todo en inglés, pero de esa época y de ese observatorio en concreto me costó mucho encontrar cosas. Lo que he localizado, sobre todo, son artículos en revistas especializadas, biografías de astrónomos y todo en inglés, publicado en Estados Unidos. Hubo una biografía de un personaje que me inspiró la novela, que es Milton Humason, que se le llamaba el mulero de las estrellas. Empezó trabajando en el Monte Wilson como mulero porque el observatorio estaba encima de una montaña. Solo había caminos de cabras y tenían que subir todo en mulas. Este hombre empezó trabajando de mulero, subiendo todos los suministros y todo lo que necesitaban para construir el observatorio y acabó siendo uno de los astrónomos más importantes del observatorio en la década de los años 30.

–¿Cómo descubrió la biografía de este astrónomo que inspira la novela?

–Mi marido y yo somos aficionados a la Astronomía, sobre todo él. Una vez me leyó un artículo de este hombre, de cómo era su vida y de como pasó de ser un mulero y no tener estudios a convertirse en uno de los astrónomos más importantes del Monte Wilson. Me pareció una historia preciosa y a partir de ahí empecé a investigar. Era un hombre que peleaba por sus ideas y por conseguir incluso financiación y llegaron a realizar grandes aportaciones a la ciencia.

–¿Para cuando una novela ambientada en Zamora?

–Sí me lo planteo pero me cuesta. Me gusta más imaginar historias que estén más desvinculadas de mi vida, pero no lo descarto en un futuro. Yo desciendo de Aliste, de la zona de la Sierra de la Culebra y pasé allí la infancia. Por eso quizá dentro de un tiempo quizá escriba una novela que esté ubicada en esos pueblos, en la zona de la Raya y toque quizá el tema del contrabando de la posguerra.

–¿Da más vértigo publicar una novela en plena pandemia?

–El momento de sacarla era ahora pero se decidió hace un año porque se firma con la editorial con mucha antelación. Da algo de vértigo porque no es lo mismo que en una situación normal. Con “Más allá de los volcanes”, mi anterior novela, la gente que me ha dado las gracias por pasar mejor el confinamiento y eso me alegra muchísimo, poder ayudar en estos momentos. Espero que la nueva novela guste mucho. Yo creo que aporta muchos conocimientos.