El martes es el día D. En las horas previas, el Congreso de los Diputados vivie en un contínuo ir y venir de trabajadores que llevan los escaños para un lado, traen sillas por otro, mueven tablones, ensamblan piezas, toman medidas. En el hemiciclo tienen que caber diputados, senadores y altas autoridades del Estado. Y debe estar dispuesta para revista la plataforma en la que se desarrollará la ceremonia: la jura de la Constitución de Leonor, la heredera. El trabajo, con ser minucioso, no tiene pérdida: la escenografía será la que ya se desplegó en la ceremonia de proclamación de Felipe VI y, antes, en su jura de la Constitución. Ahora será también en la misma mesa de entonces, con el ejemplar de entonces de la Carta Magna, uno de los varios que se conservan en el Congreso. En el extrerior también se aprecia ya el movimietno y las urgencias. Se prepara el baldaquino y se estudian los lugares para el desfile de las tropas. Queda nada.