Los bancos de Chipre han abierto sus puertas tras doce días cerrados. Largas colas frente a las entidades y dentro los trabajadores cargando las cajas fuertes. Esta madrugada han llegado 5.000 millones de euros desde Bruselas para abastecerlos, aunque el acceso al dinero para los ciudadanos sigue parcialmente restringido. Solo pueden sacar 300 euros al día de sus bancos. El pago con tarjeta de crédito no está limitado dentro del país, pero en el extranjero tiene un tope de 5.000 euros al mes. Los chipriotas no podrán cobrar cheques en efectivo, aunque sí ingresarlos en una cuenta y para viajar, solo podrán sacar 1.000 euros en metálico del país. En la calle, asumen las restricciones con resignación y miran a los españoles como la siguiente ficha que podría caer.