El truco para limpiar las persianas por fuera y dejarlas como nuevas

Así puedes hacer esta tarea de la forma más rápida

P. O.

Hay tareas del hogar que son más agradecidas que otras. Y luego están esas labores aborrecibles que siempre dejamos para el mes que viene y nunca llega el momento de afrontarlas.

Limpiar las persianas es una de ellas, porque reclama un gran esfuerzo y un tiempo considerable. Por ello, es importante conocer todos los trucos caseros que puedan agilizar esta faena.

Cómo limpiar las persianas por fuera

Vamos a ir por partes. Lo primero de todo es que limpies las persianas por fuera y, una vez limpio este lado, ya sólo te quedará lo más fácil: limpiarlas por dentro. Para limpiar las persianas por fuera debes bajar todo lo que puedas la persiana y ya podrás comenzar.

Fíjate que todas las persianas enrollables tienen un cajón en el que se esconde la persiana cuando la subimos: es el cajón de la persiana. Lo normal es que esté cerrado a presión, aunque también hay casos en que disponen de enganches en la parte delantera para cerrar el cajón o incluso que éste se encuentre asegurado con tornillos. Echa un vistazo al cierre y abre el cajón hasta que tengas ante ti la persiana enrollada.

A continuación, pasa un cepillo de cerdas suaves por toda la superficie del lado de la persiana que tienes ante ti y que irás progresivamente enrollando para avanzar en tu tarea y llegar hasta el extremo inferior. De esta forma, le quitarás todo el polvo que pueda tener adherido a su superficie y harás más fácil la limpieza posterior, ya que si las persianas están muy sucias o tienen mucho polvo, enseguida mancharás el trapo con el que las limpies y te costará el doble de trabajo.

Una vez cepillada, aspira o barre el cajón de la persiana para eliminar toda la suciedad que haya acumulada y ya puedes empezar con la limpieza en sí de la persiana por fuera. Para llevarla a cabo, utiliza una mezcla jabonosa que previamente habrás elaborado y a la que añadirás vinagre de limpieza o amoníaco, depende de tus preferencias (el amoníaco es más potente y arrancará más grasa, pero depende de lo que tú prefieras). A continuación, sigue estos pasos:

  • Vuelve a bajar la persiana del todo
  • Moja un trapo, bayeta o cepillo suave en la mezcla jabonosa y pasa por toda la superficie de la persiana que tienes a tu alcance en el cajón
  • Enjuaga el trapo y vuelve a pasarlo por la zona de la persiana que ya habías limpiado
  • Enrolla progresivamente la persiana conforme avanzas en tu trabajo
  • Las últimas lamas no te serán accesibles debes el cajón, pero puedes limpiarlas simplemente doblado el brazo y sacándolo por fuera

Una vez que hayas limpiado toda la persiana por fuera, cierra el cajón y prepárate para la parte más fácil: limpiar la persiana por dentro.

  • Vuelve a bajar la persiana a tope para limpiar las lamas más altas, aunque conforme avances, habrás de tener cuidado: debes dejarlas lo suficientemente abiertas como para que se vean los agujeros que hay entre medias, ya que es ahí donde especialmente se acumula la suciedad
  • Limpia lama por lama con una bayeta, un trapo o un cepillo suave con la mezcla jabonosa. Haz especial hincapié en las juntas entre lama y lama
  • Enjuaga el trapo y pásalo de nuevo por la zona que acabas de limpiar
  • Ve subiendo la persiana conforme avances en tu tarea hasta que la persiana esté totalmente limpia