Entrevista | Cristina del Valle Cantante del grupo "Amistades Peligrosas"

"La música creada en los años 80 y 90 está más viva que nunca"

"El del Museo del Vino será un concierto lleno de canciones que formaron parte de la banda sonora de toda una generación"

Alberto Comesaña y Cristina del Valle, en un concierto

Alberto Comesaña y Cristina del Valle, en un concierto / Cedida

El Museo del Vino de Pagos del Rey ubicado en Morales de Toro retoma este viernes, 19 de mayo, el ciclo "Música entre barricas" con el concierto que, a partir de las 21.00 horas, ofrecerá "Amistades Peligrosas". El grupo, fundado por Alberto Comesaña y Cristina del Valle, marcó una época en los años 90 y algunas de sus canciones forman parte de la banda sonora de varias generaciones.

–¿Qué puede adelantar del concierto que el grupo ofrecerá mañana en el Museo del Vino?

–Va a ser un concierto lleno de energía, de canciones inolvidables que formaron parte de la banda sonora de toda una generación. Sonarán clásicos como "Estoy por ti", "Me haces tanto bien", "Me quedaré solo" o "Africanos en Madrid", aunque también habrá sorpresas para que el público participe en el espectáculo. Las personas que asistan podrán comprobar que tenemos más energía que nunca y que somos un grupo con mucha personalidad.

"En los años 90 nos adelantamos a los tiempos hablando de temas como el racismo, la eutanasia o la violencia contra las mujeres"

–En 2021 "Amistades Peligrosas" volvió a unirse, ¿cómo ha acogido el público su regreso?

–Era una deuda con nosotros mismos que queríamos saldar para disfrutar de algo que tuvimos y que es un sueño para cualquier persona y cualquier artista. Quizá todo sucedió muy rápido y el éxito acabó con la relación personal. Nos quedamos los dos con ese dolor, porque habíamos tenido todo en nuestras manos. Como explica la canción de nuestra vuelta, "Alto el fuego", decidimos firmar la paz para regalarnos lo que no pudimos disfrutar en su momento. El punto de inflexión fue la gira que hicimos en Chile el pasado año y que tuvo una impresionante acogida. La sorpresa fue que al regresar a España para la gira la respuesta ha sido brutal.

Cristina del Valle y Alberto Comesaña integran el dúo "Amistades Peligrosas"

Cristina del Valle y Alberto Comesaña integran el dúo "Amistades Peligrosas" / CEDIDA

–La música del grupo ha evolucionado o mantiene su esencia?

–Hemos mantenido siempre la esencia porque "Amistades Peligrosas" fue un grupo que no jugó a las modas, sino más bien a las vanguardias. En los años 90 nos adelantamos a los tiempos hablando de temas como el racismo, la eutanasia o la violencia contra las mujeres. Musicalmente también fue un grupo que se adelantó a los tiempos porque, partiendo de las bases del pop, mezclábamos ritmos árabes o música celta o tradicional y sonidos muy personales pasando también por el rock o el funk. El grupo no ha seguido una línea, cada disco ha girado en torno a una temática, una estética o una puesta en escena distinta. Esa diversidad ha provocado que nuestras canciones tengan un sonido fresco para las nuevas generaciones que van a nuestros conciertos.

"La creación debe ser protegida por la sociedad en la que vive y eso significa apoyo a la libertad"

El dúo logró un gran éxito con letras transgresoras que otros grupos han modificado por sus connotaciones negativas en la sociedad actual, ¿han variado alguno de sus grandes éxitos?

–No. Nosotros siempre fuimos escrupulosos y la línea que ha marcado nuestra carrera ha sido el respeto a los derechos humanos. Eso tiene que ver con que puedes hablar de sexualidad de una forma libre y abierta, siempre y cuando no trates al otro ser humano con el que estableces una relación como un objeto.

–¿Ha cambiado mucho la industria musical?

–Ha cambiado radicalmente, en algunas cosas para bien porque a través de las redes puedes tener tu propio espacio, en el que no necesitas una multinacional o sonar en las radios. Ahora, la gente puede llevar su música a todo el mundo con Internet. También se ha acabado el monopolio, un error que comentamos muchos artistas porque las leyes del mercado no podían atravesar la cultura. La creación debe ser protegida por la sociedad en la que vive y eso significa apoyo a la libertad. Ahora, la única música que suena en redes es la dirigida a un público muy joven, se ha uniformado por esa política de mercado. Por eso, la música creada en los años 80 y 90 está más viva que nunca y la gente encuentra en ella un elemento con el que se identifica.

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