Entrevista | José Manuel de la Fuente Pregonero de la Semana Santa de Toro

"Las cofradías tienen que evolucionar al ritmo al que avanzan Toro y la sociedad"

"El incendio de 1957 supuso un giro para Jesús Nazareno por el apoyo de la ciudad para levantar de nuevo su madrugada del Viernes Santo"

José Manuel de la Fuente, pregonero de la Semana Santa de Toro

José Manuel de la Fuente, pregonero de la Semana Santa de Toro / Cedida

José Manuel de la Fuente pregonará el sábado 25 de marzo, a las 20.30 horas en la Colegiata, la Semana Santa de Toro. El expresidente de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, cargo que desempeñó una década, compartirá con los asistentes al pregón vivencias personales relacionadas con la Semana Santa. Además, desgranará la historia de sus cofradías o actos únicos de la Pasión, que Toro ha logrado preservar y que la diferencian de las que se celebran en otros lugares.

–¿Qué supone para usted pregonar la Semana Santa?

–Supone un reconocimiento a la labor de muchos años y un orgullo. Además, es una responsabilidad porque el pregón es un acto entrañable y único que pocas personas tenemos el honor de hacer.

–¿Qué mensaje trasladará a los toresanos con su pregón?

–El mensaje es claro y sencillo porque es la historia de una verdad y de lo que yo he vivido. El pregón consta de dos partes. La primera es más personal, en la que relato mis vivencias y anécdotas en el entorno de la cofradía y la Semana Santa, y la segunda es más oficial, en la que hablaré de las cofradías y de la Semana Santa de Toro.

"He aportado ilusión para revitalizar tradiciones que se habían perdido"

–La Junta Pro Semana Santa destacó en su elección como pregonero su valiosa aportación a la Pasión...

–Creo que he aportado ilusión para revitalizar tradiciones que se habían perdido y habían quedado relegadas al olvido. Tradiciones como recuperar el besamanos de la Virgen de la Soledad que se celebra en diciembre y que se había perdido desde, probablemente, los años 50, o abrir la capilla de Jesús Nazareno en la propia iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina. Además, he colaborado cuando me han pedido ayuda en aspectos estéticos, de orden o de organización, así como a la hora de establecer protocolos que no son nuevos, pero que habían quedado un poco olvidados.

–¿A qué protocolos se refiere?

–A protocolos de orden de procesiones, de actos o de colocación para que todo tenga su engranaje y todo el mundo sepa lo que tiene que hacer en cada momento, algo que es interesante por ese sentido de organización y de que todo tenga su protagonismo en procesiones y actos de la cofradía de Jesús Nazareno y en otras con las que he colaborado y con las que seguiré colaborando.

–Al frente de la cofradía logró ejecutar varios proyectos, ¿cuáles fueron los más importantes?

–Una de las ilusiones de la cofradía era que las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad recibieran culto en la capilla que se abrió en la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina. Hay que recordar que hasta 2012 cuando se inauguró la capilla, las imágenes quedaban guardadas desde el Viernes Santo hasta el Viernes Santo del año siguiente. El resto del año no se veían ni se exponían al culto. El siguiente paso fue renombrar a la plaza en la que está la capilla como plazuela de Jesús Nazareno y la Soledad.

"Una de las ilusiones de la cofradía era que las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad recibieran culto "

–El incendio que en 1957 calcinó la iglesia de Santa Catalina y todos los pasos que custodiaba en su interior, ¿qué supuso para la cofradía y la Pasión de Toro?

–Para la Semana Santa de Toro y, especialmente para la cofradía, supuso un punto de inflexión porque, de alguna manera, reunificó a todas las cofradías, ya que todas se volcaron en el sentido de ayudar a la que resultó damnificada. Siempre digo que el triste suceso del incendio provocó que se volcaran las cofradías de entonces y también la ciudad. De hecho, al año siguiente, se estrenaron las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad gracias a la generosidad de las cofradías y, por supuesto, de la ciudad de Toro que las pagó, porque fueron costeadas por suscripción popular. El incendio supuso un giro de 180 grados para la cofradía por el apoyo recibido de la ciudad para levantar de nuevo su madrugada del Viernes Santo.

José Manuel de la Fuente, con la vara de la cofradía de Jesús Nazareno

José Manuel de la Fuente, con la vara de la cofradía de Jesús Nazareno / Cedida

–¿Qué conserva la cofradía de la época anterior al incendio?

–De la época anterior del incendio quedan pocos vestigios. Se conservan la ropa y el ajuar de la Virgen y la imagen del Ecce Homo, que estaban en el monasterio de Santa Clara, y la túnica de Jesús Nazareno. En el incendio no se salvó nada, porque la iglesia se quemó en plena Semana Santa al prenderse las telas que entonces cubrían los altares y el fuego alcanzó el techo. Cuando se hundió el techo abrasó todo lo que había dentro y no se pudo salvar nada, ya que el interior estuvo horas ardiendo.

–¿Cómo ha evolucionado la Semana Santa de Toro?

–Siempre digo que la Semana Santa y las cofradías tienen que ser hijas de su tiempo. Las cofradías tienen que evolucionar al ritmo al que avanzan la ciudad y la sociedad. Por ejemplo, en la de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, si se aplicara el reglamento de 1503 no se podrían cumplir esas primeras ordenanzas. Pasa lo mismo con las 1872, que son las anteriores a las actuales, por las que se establecía el culto a los difuntos que era su fin principal. De los 32 folios que tenían las ordenanzas, 30 hacían hincapié en el culto a los difuntos de la cofradía y de la ciudad y de darles un entierro digno. Ahora, esas necesidades no las tiene nadie, pero en otras cuestiones la cofradía tiene que ir evolucionando con el tiempo. La cofradía, pese a que conserve su carácter y recupere sus tradiciones, tiene que ser hija de su tiempo.

"Toro ha logrado conservar esos pequeños matices que han convertido a su Semana Santa en diferente"

–¿Qué diferencia a la Semana Santa de Toro de la que se celebra en otras ciudades y pueblos?

–El entorno de la ciudad con sus monumentos y su historia, pero también sus gentes porque, al final, son las que marcan el carácter no solo de la Semana Santa, sino también de otras fiestas. Además, Toro ha sabido conservar el carácter de pueblo, en el mejor sentido de la palabra, porque ha mantenido vivas muchas tradiciones que en otros sitios se habrían perdido. Actos como la vela a la Virgen de la Soledad; el "Canto de las cinco llagas", que es algo único; la bendición de los Conqueros o la lectura del manifiesto del Cristo del Amparo. Toro ha logrado conservar esos pequeños matices que han convertido a su Semana Santa en diferente a la que se celebra en otras ciudades. No obstante, comparte algunos caracteres con la Semana Santa de Castilla y León, pero también conserva otros propios de la ciudad que se han mantenido en el tiempo y por eso es diferente y especial.

–La Semana Santa es una fiesta religiosa que dinamiza la economía o el turismo, ¿cómo se deben combinar esos matices para que no pierda su esencia?

–La Semana Santa tiene un matiz religioso, cultural, gastronómico y, por supuesto, turístico y esa gente que viene a Toro a ver sus procesiones y actos enriquece la economía de la ciudad. Al final, la Semana Santa es una celebración que beneficia a todos, porque da a conocer la ciudad, la escenografía de la Pasión en la calle o su tradición cultural y religiosa.

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