La Opinión de Zamora

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La huelga en la fábrica de Toro se mantiene, pero otra oferta de Siro acerca posturas

El comité de empresa permanece en la mesa de negociación para intentar cerrar un acuerdo, que deberá ser ratificado por la plantilla

Trabajadores de la fábrica de Siro en Toro se concentran en el acceso a las instalaciones. | M. J. C.

La huelga general indefinida iniciada el lunes por los trabajadores de la fábrica de Cerealto Siro Foods en Toro se mantiene por el momento hasta que la plantilla pueda decidir en asamblea si acepta o no la nueva propuesta presentada por la compañía en la reunión de mediación celebrada en el Serla (Servicio Regional de Relaciones Laborales).

Por el momento no ha trascendido el contenido de la nueva oferta realizada por el grupo a los comités de empresa de sus factorías en Castilla y León y que fue presentada en una extensa reunión que se prolongó más de doce horas, con un breve receso para comer.

No obstante, fuentes cercanas al comité de empresa de la fábrica toresana confirmaron que los representantes sindicales de los trabajadores “siguen sentados en la mesa de negociación”, lo que supone que “hay vida y hay esperanza” de poder alcanzar una principio de acuerdo, que ponga fin a un largo conflicto laboral que ha desembocado en una huelga general indefinida y en la paralización total de la producción en la planta.

Del mismo modo, apuntaron que, con toda probabilidad, la negociación proseguirá en una nueva reunión que se celebrará en los próximos días, aunque el comité de empresa informará sobre las novedades a los trabajadores para conocer su postura.

A pesar de que los representantes de los trabajadores seguirán por el momento sentados en la mesa de diálogo, la huelga general indefinida se mantiene en la fábrica de Toro hasta que sea posible “cerrar un acuerdo”, paro que ha sido secundado casi al 100% de los 300 empleados de las líneas de producción, de la cadena de suministro y del área de mantenimiento.

La fábrica de Toro permanece paralizada por la imposibilidad de arrancar las líneas de producción. Los trabajadores decidieron convocar una huelga general indefinida ante la pretensión de la compañía de imponer en todas sus fábricas un plan de viabilidad para intentar reducir costes de producción y que supone “recortar” derechos como la antigüedad, pluses y complementos, así como una rebaja de los salarios.

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