El traslado de la producción de varias referencias de la fábrica de Cerealto Siro Foods de Toro a otra del grupo en Portugal y el despido de una decena de empleados ha encendido las alarmas, por el incierto futuro de la planta y su posible “desmantelamiento”.

Así lo reconoció la presidenta del comité de empresa, María José de la Iglesia, en la concentración celebrada ante las puertas de la fábrica toresana para condenar el reciente despido de una decena de “compañeros” y que fue secundada por un nutrido grupo de empleados.

No obstante, en el acto de protesta se respiraba un ambiente de preocupación por las dudas sobre el futuro de la planta que, en la actualidad, cuenta con cerca de 300 trabajadores.

Precisó De la Iglesia que, en la última reunión celebrada para negociar dos convenios pendientes, la compañía advirtió al comité de empresa de que si la fábrica de Toro no participa en la mesa de diálogo sobre el plan de viabilidad propuesto por el grupo, “nos tendremos que atener a las consecuencias”, entre las que destacó el posible “desmantelamiento” de la factoría o nuevos despidos.

La advertencia ha generado temor y preocupación entre los trabajadores porque, como señaló De la Iglesia, podrían registrarse más extinciones de contratos y el traslado de una “línea completa” a otras fábricas del grupo, lo que conllevaría el progresivo cierre de la ubicada en Toro.

Además, subrayó que la firma de un acuerdo con posibles inversores dependerá de la reducción del “coste por hora”, ya que “sale muy caro producir en Toro y, por este motivo, se llevan parte de la producción a Portugal”.

Por último, subrayó que el origen del conflicto laboral es la complicada situación económica de la compañía, “a la que hemos llegado por su mala gestión, pero que vamos a pagar los trabajadores”.

Consulta a los trabajadores para negociar el plan de viabilidad

El comité de empresa reiteró que el despido de diez trabajadores de la fábrica de Toro es una “represalia” del grupo, por la negativa de la plantilla a negociar el plan de viabilidad que pretende implantar en las plantas de su propiedad.

No obstante, ante la preocupación que los últimos despidos ha generado en la plantilla, el comité de empresa ha decidido celebrar una nueva reunión para conocer si mantiene su postura de negarse a negociar el plan o si regresa a la mesa de diálogo para intentar garantizar el mantenimiento de los puestos de trabajo de la fábrica.

Aunque De la Iglesia reiteró que el plan de viabilidad propuesto supone la pérdida de derechos y la rebaja de salarios, los últimos despidos han generado “miedo” entre los trabajadores de Toro, porque la compañía tan solo garantiza el empleo en aquellas fábricas cuyos comités de empresa participen en la mesa de negociación.

Así, los empleados tendrán que pronunciarse en una nueva consulta sobre si el comité de empresa regresa a la mesa de negociación sobre el plan de viabilidad que, como matizó su presidenta, conlleva la pérdida de derechos como la antigüedad o diversos pluses, así como una rebaja de salario, en función del que perciben los empleados de la planta de Toro.