"Dislexia, un reto de por vida". Bajo este título, el colegio Amor de Dios de Toro ha acogido recientemente una mesa redonda en la que han participado padres, profesores, responsables de la asociación Disfam Zamora y el Gabinete de Logopedia Marian Alonso García. La presidenta de Disfam Zamora, Belén López García, destacó que a la hora de abordar la dislexia, que se asocia a una dificultad de aprendizaje, influyen "todos los factores sociales", de ahí que pueda ser detectada en el ámbito familiar o en el colegio. Ante la falta de una respuesta institucional, como recordó López, un grupo de padres zamoranos decidió fundar Disfam, la única asociación de dislexia que existe en Castilla y León, con el objetivo de "normalizar la dificultad, porque la dislexia es una gran desconocida y no tiene la misma visibilidad que otros problemas".

De hecho, como matizó, la dislexia "es algo que no se ve" y que, cuando se detecta, precisa de la unión entre la familia y el colegio para "dar una respuesta adecuada" a los niños que la padecen, porque al margen de la dificultad en la lectura y la escritura específica de la dislexia "nos preocupa mucho el trastorno a nivel emocional". En cuanto a los síntomas que pueden ayudar a los padres o a los profesores a detectar que un niño puede padecer dislexia, López recordó que "el habla no es fluida, se suele trabar en la lectura, no pronuncia correctamente o hace omisiones e inversiones de letras". Asimismo, destacó que los niños que presentan dislexia suelen ser muy retraídos a nivel social y crean sus propios recursos de defensa, como sustituir palabras que no pronuncian bien por otras.