La Fuente de Vino –la única del programa taurino de las fiestas– celebrada en la tarde de ayer en la plaza de toros portátil transcurrió sin que se produjeran incidentes y los toros, a excepción del primero, propiciaron una tarde entretenida al dar juego a los numerosos mozos que decidieron bajar al ruedo. Ninguno de ellos se engolosinó con la cuba de vino instalada en el centro de la plaza, lo que permitió a los aficionados recoger en diversos recipientes cuanto vino quisieron para pasar mejor el trago de enfrentarse a los astados.

Lo cierto es que la tarde no comenzó bien, ya que el primer toro tuvo que ser devuelto a toriles a los pocos minutos de acceder al coso por cojear de la pata trasera derecha. Sin embargo, la cosa fue mejorando con los otros cuatro astados, los cuales propiciaron a los mozos realizar diferentes cortes e incluso saltos, divirtiendo así al público congregado, que llenó tres cuartos de la plaza. El resto lo hizo la charanga con su animadísima actuación que, al igual que ocurriera ayer en el concurso de cortes, consiguió levantar al público de los asientos para bailar sin rubor, y, como no, las suculentas meriendas que se degustaron en las gradas.

La anécdota de la jornada surgió en el tercer toro, el más bravo, cuando un joven se lanzó al ruedo y le dio varios pases con la muleta, lo que le valió los abucheos y pitos de parte del público, que le pedían que cesase en su actitud. Otra parte, sin embargo, recriminó la actitud de éstos por entender que el joven estaba en su «derecho» de dar rienda suelta a su afición en un espectáculo «libre, donde los mozos pueden hacer lo que quieran cada uno», según se pudo oír en las gradas.

El último espectáculo taurino de las fiestas tendrá lugar mañana viernes con la corrida en la que los diestros Juan Diego, Leandro Marcos y Matías Tejela torearán astados de Los Guateles, con encaste de Cayetano Muñoz.