Hay que poner todos los sentidos a trabajar si se quiere obtener una buena puntuación en el concurso de cata que, anualmente y con motivo de las fiestas patronales de San Roque, se organiza en la localidad de Morales de Toro. Y es que cada año las pruebas son diferentes y no sólo se ciñen a la cata del vino.

Ojos para apreciar el tono exacto del tinto o del verdejo, olfato para descubrir esa diferencia entre un vino Alvariño que se hace en Toro con el Alvariño de Rías Bajas en Galicia. Y gusto, porque, este año no había ningún vino con defecto entre los 24 vinos que los participantes debían degustar en pruebas de tres para poder responder a las cuestiones que se reflejaban en el concurso.

Este año no hubo tampoco hojas ni aromas, aunque dos de las pruebas consistían en diferenciar el tipo de corcho de entre los seis tipos mostrados. «Ahora se están poniendo de moda los corchos sintéticos y a veces la gente no sabe diferenciar lo que es un corcho natural de alcornoque, un colcho colmatado, un colcho aglomerado, un colcho "1+1", que lleva dos capas naturales y en medio es aglomerado, y luego puramente sintéticos de plástico, parafinas o látex», explicaba el veedor de la Denominación de Origen Toro Carlos Gallego, quien dirigió la cata y dio pistas a los participantes para aprender a diferenciarlos.

La idea de este año es que la cata, que también está organizada por Maurilio Segovia y Nuria de la Torre, era centrarse en distintas denominaciones de origen. Un ejemplo de estas cuestiones era distinguir entre el Rosado de Navarra y el Rosado de Toro, así como diferenciar los vinos tintos por su tipo de crianza y saborear los vinos de Jerez, como la Manzanilla, de un vino fino o de un vino dorado de la D.O. Rueda.

Esteban Celemín Díez, Manuel Alonso Talegón, Maximino Talegón y Tomás Parra demostraron su "maña" catando estos vinos y empataron con 26 aciertos en el segundo premio, por lo que a cada uno se le hizo entrega de uno de los lotes de vino cedidos por diferentes bodegas con motivo de la cata.

Pero la triunfadora del concurso de cata de San Roque fue Patricia Alonso Martín con 28 aciertos sobre las 30 preguntas. Una joven que no es novata en lo que a ganar catas se refiere, pues la anterior vez que había participado se había llevado también el primer premio. A pesar de estos triunfos, no piensa dedicarse a la cata profesionalmente, «lo hago por afición, porque me gusta el mundo del vino», dice en este sentido.

Se confiesa «mitad de Morales y mitad de Toro» y, aunque desde hace un tiempo vive en una localidad de la provincia, cuando puede acude a Morales de Toro. Según explicó, la parte que más le costó fue la de los reservas. «Era muy complicada, pero las demás eran bastante fáciles», dijo al respecto. No se esperaba ganar y se llevó la sorpresa. «Estaba más nerviosa que la otra vez que gané», aunque «hoy venía con la idea de participar, porque hacía ya años que no participaba y me hacía ilusión».

Al inicio de la cata se pudieron ver al grupo de jotas Vacceos bailar en los jubilados, una vez terminó la Misa flamenca de la mañana. El Desfile de carrozas puso el tono de color a la jornada. Por la noche, hubo verbena en la Plaza Mayor a cargo de la Charanga "Toresana" y actuó el grupo de calle "Los hombres de Carlos" en la zona de las bodegas.

La jornada festiva de hoy arranca con el Toro del Alba, a las 7.30 horas, en el que se podrán degustar las sopas de ajos y los "torresnos" con cebolla que ofrecen Tiprocar como almuerzo hacia la mitad de la mañana. Después de la hora de la siesta, vuelven más toros a las 19.00 horas. El torero local "Pipo" será el encargado de demostrar el arte de la tauromaquia, acompañado de su valiente cuadrilla. Tras la exhibición de "Pipo" habrá cortes y suelta de novillos, organizado en esta ocasión por la asociación Interpelas.

Noche taurina también, con una suelta de novillos al estilo tradicional y, seguidamente, discomovida con vacas, en el que se repartirá alguna bebida como «vino o calimotxo», según explicó el alcalde de Morales de Toro, Luis Segovia, quien argumentó que con este festejo que combina música y toros se pretendía «sacar a las peñas de la zona de las bodegas en la que se mueven siempre».