Investigación

Un estudio liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona identifica las neuronas responsables del mareo

La investigación propone nuevos fármacos para bloquearlo, tras comprobar sus efectos en ratones

El mecanismo del mareo se puede activar en diversas circunstancias.

El mecanismo del mareo se puede activar en diversas circunstancias. / Shutterstock

Redacción

Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con la Universidad de Washington, ha encontrado cuáles son las neuronas responsables del mareo. En concreto, se trata de las neuronas VGLUT2 que se encuentran en el oído interno y se encargan del equilibrio y la postura. El estudio, publicado en la revista PNAS, propone nuevos fármacos para bloquearlo.

Los científicos catalanes, comandados por el investigador Albert Quintana, han realizado experimentos con ratones para desvelar como funciona el circuito neuronal que ajusta nuestra posición en el espacio y el tiempo cuando las señales que se perciben de nuestros sentidos carecen de coherencia. Por ejemplo, cuando los ojos ven el movimiento desde la ventana pero el cuerpo permanece estático.

Las neuronas VGLUT2 son las responsables activar una hormona, colecistoquinina (CCK), que también interviene en la digestión y el apetito. Son las que producen sensación de saciedad con la comida. No es casual, ya que una de las consecuencias del mareo es el vómito.

Cuando comemos algo en mal estado, esta hormona nos produce una respuesta similar a la del vómito para evitar que lo ingiramos. Esto ha permitido la evolución del ser humano. Pero en la actualidad, en los medios de transporte o la realidad virtual se pone en marcha este mecanismo neuronal, según el estudio de los investigadores de la UAB.

Los autores del estudio proponen un fármaco para atajar el mareo. Se trata de la devacepida, un medicamento aprobado en Europa y Estados Unidos para problemas gástricos. Es antagonista de CCK, bloquea su receptor neuronal y evita que la hormona se active. Lo han visto con los ratones con los que han investigado. A diferencia de los fármacos que ya existen no usan esta vía y, además de ser menos eficaces, tienen efectos secundarios como la somnolencia.