8M | CAUSAS DE MUERTE DE MUJERES

Las principales causas de muerte de las mujeres

Caídas, ahogamientos, accidentes de tráfico, drogas y violencia de género son algunas de las causas

¿De qué accidentes mueren las mujeres?

¿De qué accidentes mueren las mujeres? / FOTO DE DARIA SHEVTSOVA EN PEXELS

Javier Larrea, Presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes

¿De qué accidentes mueren las mujeres? Este análisis estadístico exclusivo realizado por OPRA (Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes) muestra los accidentes mortales que sufren las mujeres en España.

En primer lugar, veamos cuál es la evolución de los fallecimientos por causas externas(1), que son aquellas causas que producen la muerte sin mediar enfermedad. Como se puede apreciar en el gráfico 1, confeccionado con datos del Instituto Nacional de Estadística -INE-(2) hay una clara tendencia al alza de las muertes de mujeres por causas externas, habiéndose producido un incremento de un 32% de las muertes entre el año 2000 y el año 2020.

No ocurre lo mismo con las muertes masculinas y esta evolución contrasta con que las muertes de hombres se han reducido en el mismo periodo desde 12.107 en el año 2000 a 10.257 en 2020, o sea una reducción de 1.850 muertes, lo que supone una disminución de un 15%.

Este hallazgo resulta lo suficientemente intrigante como para que se realizase alguna investigación sociológica que pudiese acercarnos a las causas de por qué razón el avance de la civilización está produciendo que las mujeres cada vez mueran más por accidentes mientras que cada vez mueren menos hombres.

Evolución de mujeres muertas por causas externas en España Siglo XXI.

Evolución de mujeres muertas por causas externas en España Siglo XXI. / Gráfico: OPRA / Fuente: INE

Las principales causas de muerte accidental de las mujeres

Poniendo el foco en las causas de muerte estrictamente accidentales, o sea dejando fuera de nuestro análisis las muertes por suicidios y por homicidios, vamos a repasar el devenir de las principales causas de muerte accidental entre las mujeres, que son en orden de menor a mayor: los envenenamientos por drogas y psicofármacos; el tráfico; los ahogamientos-atragantamientos; y las caídas.

En el gráfico 2, en que se encuentran representadas estas primeras cuatro causas externas accidentales de mortalidad femenina, podemos ver su evolución en lo que va de siglo XXI.

Muerte de mujeres por causas externas en España.

Muerte de mujeres por causas externas en España. / Gráfico: OPRA / Fuente: INE

Muertes de mujeres en accidentes de tráfico

Es de destacar la espectacular reducción de las muertes de mujeres en accidentes de tráfico. En el año 2020 se han registrado 1.150 muertes menos que en el año 2000. Se ha dividido entre cinco el número de mujeres muertas en los accidentes de tráfico. De las 295 muertas en el tráfico en 2020 resulta que más de dos tercios, 105 de ellas, o sea un 36%, lo fueron mientras transitaban como peatonas (gráfico 3). Esto debería animar a las administraciones públicas a poner en marcha campañas de prevención de seguridad vial dirigidas a los peatones y especialmente enfocadas hacia el público femenino. Además, resulta que el 70% de las víctimas mortales mujeres peatonas fallecidas por accidente de tráfico tenía más de 65 años, lo que nos indica claramente cuál debe ser el público objetivo de estas campañas.

Mujeres muertas por tráfico en España 2020.

Mujeres muertas por tráfico en España 2020. / Gráfico: OPRA / Fuente: INE

Esta gran disminución de 1.150 mujeres muertas por tráfico podía hacer presagiar que el balance general de la mortalidad en accidentes de las mujeres tendería a la baja, pero, sin embargo, como veremos esta reducción ha sido absorbida por las otras causas de muerte.

Muertes por envenenamiento

El número de muertes de mujeres por envenenamientos accidentales por psicofármacos y abuso de drogas se ha multiplicado por tres en los últimos 20 años pasando de 93 a 271 defunciones de mujeres por esta causa. Quizá este incremento sea debido al elevado consumo de medicamentos en España y la permisividad con el consumo de drogas. No parece que se vaya a invertir esta tendencia al alza.

Según los datos del año 2020 el 95% de las mujeres muertas por esta causa tenía más de 35 años, es decir que por debajo de 35 años tan solo fallecieron el 5% de las mujeres.

El INE también recoge otro tipo de envenenamiento: los fallecimientos por intoxicaciones accidentales por alimentos y otras sustancias tóxicas. Esta otra causa está entre los últimos puestos de causa de muerte accidental; su número viene reduciéndose en los últimos años y tan solo se produjeron 50 muertes del sexo femenino en el año 2020.

Mujeres fallecidas por ahogamiento-atragantamiento

En cuanto a las muertes por ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales también han cuadruplicado su número en 20 años: han pasado de 334 a 1.446 las mujeres que han perdido la vida por estos accidentes. Si bien, hemos de tener en cuenta que en este epígrafe el INE agrupa dos causas de muerte diferentes: los ahogamientos por sumersión en agua, y la muerte por atragantamientos, sofocación y asfixia accidental. El reparto de los números entre los dos accidentes en 2020 es el siguiente: 71 muertas por ahogamiento (el 50% entre 65 y 90 años); y 1.375 fallecidas por atragantamiento o asfixia, con el impresionante dato de distribución por edad de que el 83% de las fallecidas se encontraba en la franja de 80 o más años.

Las caídas primera causa de muerte entre las mujeres

Y finalmente, hemos de referirnos a las caídas que son la principal causa de muerte accidental en España, primer puesto indiscutible que también lo alcanzan las mujeres en solitario. En 2020 se contabilizaron 1.707 víctimas mortales femeninas como consecuencia de las caídas accidentales. Desde el año 1980 en que se comenzaron a recoger los datos de víctimas mortales por caídas, esta causa mantiene un crecimiento regular, progresivo y constante, y es sin duda un problema social absolutamente desatendido. La distribución de las muertas por caídas según franjas de edad nos indica que en la infancia y en la juventud apenas se producen accidentes que produzcan la muerte de mujeres debido a una caída, pero a partir de los 40 años se va aumentando paulatinamente el número de caídas mortales, alcanzando el desmesurado porcentaje del 94% de mujeres muertas por caídas a partir de 65 años.

No existen estudios exhaustivos que nos indiquen cuáles son las principales causas por las que se producen las caídas. Pero, según algunos datos que he podido averiguar, las caídas de mayor gravedad y que producen mayor número de muertes ocurren en las escaleras de acceso a las viviendas.

¿Y qué pasa con las muertes por violencia de género?

Estas muertes figuran en las estadísticas del INE como muertes por agresiones (homicidios). En el análisis que nos ocupa hemos de matizar que, recoge tanto los feminicidios, o sea muertes de mujeres por agresión, como los femicidios, que se entiende que son las muertes de mujeres por ser mujeres. Como se observa en el gráfico 4, los feminicidios han disminuido ligeramente desde las 113 mujeres asesinadas en 2000 a las 102 muertas en el año 2020.

Asesinatos de género.

Asesinatos de género. / Gráfico: OPRA

También se aprecia una tendencia a la disminución de los femicidios, especialmente en la última década, a pesar de la movilización social contra esta lacra, o quizás por eso. No me cabe duda de que la mejor manera de atajar un fenómeno es conocerlo y para ello hay que hacerlo público, hay que divulgarlo. El fenómeno de la violencia de género puede ser un buen ejemplo de ello.

Desde el Observatorio de prevención de accidentes -OPRA-, me llama la atención el impresionante altavoz mediático nacional que emerge con cada muerte de género, en oposición con el sepulcral silencio que rodea a las 1.700 mujeres muertas por caídas en 2020 sin que nadie las mencione. De hecho, mientras unas son homenajeadas en los medios con fotos, nombres y apellidos y lugar de residencia, cuando se da una noticia de una persona muerta por caída, en función de no sé qué ley no escrita, que circula entre los redactores de sucesos, se oculta su identidad, y se la anonimiza de tal manera en los medios de comunicación, que ni sus vecinos son informados de los hechos ocurridos ni de las circunstancias de su muerte.