"¿De verdad que mañana tenemos que elegir entre una manifestación u otra? ¿No podemos caminar todas juntas con nuestras diferencias y matices?". "Puede ser el único 8M que recuerde que no me apetece salir en manifestación. Y supongo que no soy la única. Las que han alimentado las diferencias dentro del movimiento feminista pueden estar orgullosas". "Dos manifestaciones. Sigo sin dar crédito".

Declaraciones como estas se cuentan por decenas en las redes sociales y da muestra del desánimo generalizado que rodea este 8 de marzo. La razón no es otra que las divisiones dentro del feminismo, que se tornarán en ruptura este Día Internacional de la Mujer, con dos manifestaciones separadas por primera vez en la historia. Ambas partirán a la misma hora, pero no coincidirán ni en su recorrido ni tampoco en sus reivindicaciones.

Aunque habrá concentraciones por todo el país, Madrid, referente en esta cita, dará cuenta de esta brecha. Por un lado partirá la organizada por la Comisión 8M, la oficial y previsiblemente más multitudinaria. Bajo el lema 'Derechos para todas, todos los días', saldrá a las 19 horas desde la Plaza de Atocha y finalizará su recorrido en la Plaza de Colón. Por el otro lado, las llamadas 'feministas clásicas', lideradas por el Movimiento Feminista de Madrid, marcharán a la misma hora desde la Gran Vía hasta la Plaza de España bajo el lema 'El Feminismo es abolicionista'. "No te equivoques de pancarta", avisan estas convocantes.

División inédita

Esta marcha por separado es algo inédito y coincide en una cita que cobra especial relevancia puesto que es la primera manifestación que tiene lugar tras la pandemia, ya que en 2021 no hubo convocatoria oficial como medida sanitaria por el coronavirus, aunque sí hubo pequeñas concentraciones para festejar este día en las que ya se escenificó esta división: se mantuvieron algunas reuniones reducidas en los barrios, por parte de la Comisión 8M, mientras que el Movimiento Feminista de Madrid protagonizó un acto 'en movimiento' en la Plaza de Callao con trece mujeres turnándose a la hora de sujetar una pancarta contra la abolición de la prostitución, mientras el resto, con pequeños carteles, 'paseaban' por la plaza.

Aunque la ruptura en el movimiento feminista se materializará de forma significativa este martes, la división no es reciente. La punta del iceberg es la abolición de la prostitución, un problema que lleva años debatiéndose en las asambleas del movimiento, pero a ello se ha sumado la ley Trans y en concreto la medida que permite la autodeterminación de género. Las llamadas feministas clásicas consideran que esta norma, aprobada por el ministerio de Irene Montero, pone en peligro las políticas públicas a favor de la igualdad" y "socavan los derechos" de las mujeres que se han reclamado a lo largo de la historia.

Desde el Movimiento Feminista de Madrid, su portavoz, Lola Benegas, denuncia que "el 'entrismo' ha ocupado el movimiento de las mujeres para incorporar exigencias y demandas que no son las de las mujeres". Por ello, este martes marcharán "bloques abolicionistas" en defensa de una "auténtica agenda feminista" al considerar que esa fecha ha sido "usurpada" por "asociaciones transactivistas". Su principal reivindicación durante la marcha será la abolición de la prostitución y de la pornografía, pero también exigirán la retirada de la ley trans y la prohibición de la gestación subrogada, entre otras demandas.

Desde el Ministerio de Igualdad restan importancia a esta división. Irene Montero ya afirmó días atrás que el feminismo "siempre ha tenido debates" y que siempre ha sido capaz de lograr grandes consensos. Por su parte, la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez señaló que desde hacía muchos años no había un Gobierno con una "agenda feminista tan marcada". "Que haya muchas manifestaciones en España de lo único que habla es de la buena forma en la que está el feminismo", zanjó. Las manifestantes, en cambio, no opinan igual.