Zamoreando

Siguen las amenazas

No sé cómo Pedro Sánchez va a atender tanto requerimiento

Aplausos de los socialistas al terminar la investidura de Sánchez

Aplausos de los socialistas al terminar la investidura de Sánchez

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Sucedió lo que estaba previsto que sucediera. No había posibilidad de "tamayazo". Estaba todo atado, no sigo con la frase porque el nudo no es gordiano y lo de "bien atado" está por ver. Sánchez superó la investidura y ahora se enfrenta a una difícil legislatura, cercado por los cuatro costados, por sus socios. La victoria no ha sido como para lanzar cohetes, con las dificultades añadidas que entraña. El candidato socialista consiguió 179 votos a favor frente a 171 en contra. La cosa no ha sido para risas y celebraciones. Y mucho menos como las que se llevan a cabo todas las noches en las calles de Madrid y otras ciudades y que tienen pinta de continuar.

No había tomado posesión el candidato cuando empezaron a proferirse amenazas. Ya tuvimos oportunidad de escuchar a Rufián, admonizando a Sánchez y a su PSOE. Supimos de inmediato que Junts, el partido del prófugo Puigdemont, había hecho otro tanto de lo mismo advirtiendo al candidato que su apoyo "es de investidura, no de legislatura". Sólo quedaba el también insaciable PNV quien por boca de Aitor Esteban ha avisado a Sánchez: "La mayoría de compromisos tienen una fecha máxima de cumplimiento".

No sé cómo va a atender tanto requerimiento. Bueno, sí lo sé, dándoles todo lo que pidan porque a partir de ahora tiene que mantenerse en Moncloa o lo que es igual, en el poder. Ese poder omnímodo que se ha fabricado a fuerza de dar por saco a Montesquieu, inutilizando prácticamente los dos poderes más vulnerables en este momento: el Legislativo y el Judicial. Sobre todo este último está en su punto de mira. Señorías, Jueces y Fiscales, más que nunca estoy con ustedes. Me solidarizo con ustedes. Les deseo suerte y que no cejen en su empeño de salvar el poder que representan. El "Salvemos a Willy", pero en versión judicial. Lo que sea, menos arrojar la toalla. Si los dejan, acabarán con las togas y los togados. Ustedes mismos.

La legislatura va a ser de vértigo, a pesar de todo lo dicho por un Patxi López enardecido al que siempre recordaré con el féretro sobre sus hombros de un compañero caído a manos de ETA. No sé si le merecerá la pena blanquear a los terroristas. A no ser que la procesión vaya por dentro y simplemente trate de salvar el sillón. Pero no es excusa. La investidura nos ha salido cara de narices a todos los españoles. A parte de la amnistía, los socialistas han acordado con ERC la condonación de hasta 15.000 millones de euros de la deuda catalana del FLA, la cesión de Rodalies, la aceptación de un mediador internacional, o, para PNV, 100 millones de euros en inversión para la lengua vasca, la negociación del reconocimiento de la nación vasca o el traspaso de todas las competencias pendientes, incluidas la gestión de la Seguridad Social o más competencias para la Ertzaintza, entre otras que no sabemos y que irán saliendo poco a poco a la luz.

Quizá porque conocen el parentesco de Sánchez con la familia de Pinocho, el independentismo catalán y vasco refuerzan sus amenazas. O todo o nada. Conocen sobradamente a qué saben los incumplimientos de Sánchez.

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