El artista protector de la capa alistana

Zamorano de pro y alistano de adopción, fue el primer presidente y fundador de Apeca (Asociación para la Promoción y Estudio de la Capa Alistana), cuya rúbrica fue plasmada en septiembre de 2013 en la ermita del Cristo de Valderrey ante la presencia de los alistanos Daniel Ferreira y Andrés Castaño y los zamoranos Félix Marbán y Luis Pablos. Ricardo siempre fue un enamorado de Aliste, de sus costumbres y sus tradiciones, que con mucho amor plasmaba en sus obras de arte: el penitente con hachón, el gaitero con el austero traje tradicional, el pastor con capa, entre otras. Desde Aliste comenzaron sus relaciones con la Cámara de Miranda do Douro, con la que comenzaron los intercambios y las celebraciones de su Día Internacional da Exaltaçao da Capa de Honras Mirandesa y para la que esculpió infinidad de obras: os Pauliteiros de Miranda o el Mirandés con Capa de Honras. Desde Apeca entabló también relación con la capa de Alba, que junto con la mirandesa han sido primas hermanas de la capa alistana, y con la que se hicieron y se siguen haciendo intercambios en Carbajales de Alba.

De Ricardo Flecha, destacar su lado humano, afable y abierto, y así lo demostró en los últimos meses coincidiendo con la exposición de su obra que Apeca llevó a cabo en el mes de julio. Cuando se cumplen 10 años de la creación de Apeca, entre los actos previstos por esta conmemoración está la exposición monográfica de su obra que durante casi un mes se pudo ver en el Palacio de la Encarnación de la Diputación de Zamora. Fue entonces cuando Ricardo abrió su corazón, su casa y su taller, y así es como fuimos conocedores de su inmensa obra. 44 piezas, elegidas por el comisario José Ángel Rivera de las Heras, fueron las que el público pudo apreciar. Más de 5.000 personas pasaron por la exposición y, además, muchos días, contaron con un guía de excepción: el propio Ricardo Flecha, para asombro de turistas y paisanos.

Ricardo siempre estuvo muy agradecido con el actual equipo directivo de Apeca, desde el mes de marzo, cuando se lo comunicamos oficialmente y su respuesta fue: "¡Pero si yo no tengo nada que exponer!". Hasta el día de la clausura, siempre nos hizo la misma pregunta: "¿Cómo puedo pagaros todo este esfuerzo humano que habéis hecho?". Ricardo: lo has pagado, a zamoranos y alistanos, con tu obra; es la respuesta que le dábamos siempre.

La Junta Directiva de Apeca tuvo un homenaje particular en su casa y en la intimidad, allá por el mes de junio, cuando le impusimos la Chiva de Honor en forma de pin de oro. Entre lágrimas lo recogió, reconociendo que su final estaba cerca. La exposición y el ser guía de excepción lo mantuvieron vivo unos meses más. Las entrevistas, reportajes y grabaciones que le hicieron en julio y agosto lo hicieron rejuvenecer por un tiempo. La caída de la hoja, como dicen en Aliste, se lleva a la gente buena.

Descansa en paz, descansa en Dios, presidente.

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