Zamoreando

Triunfo y Derrota

Vienen días difíciles, días de negociación

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Uno, el Triunfo, y otra, la Derrota, son dos impostores a los que hay que tratar de igual forma. Quien no lo haga así está condenado a la insatisfacción permanente. El pasado domingo ni fue tan dulce el triunfo ni tan amarga la derrota. Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria. Sostenía Marat que "No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos". Zamora Sí piensa seguir esforzándose para evitar lo que ha venido pidiendo a lo largo de la campaña electoral: que tanto en Madrid como en Valladolid, dejen de tomarnos el pelo a los zamoranos y por eso quiere dar la cara en el Congreso y en el Senado participando en los comicios generales.

Zamora Sí ha llegado para quedarse y lo va a demostrar a lo largo de la legislatura. Tienen programa. Tienen proyectos, Tienen ideas. Tienen ilusión. Tienen ganas y todo ello da como resultado un trabajo bien hecho. Se lo han peleado a conciencia, sin subidas de tono, sin prepotencias trasnochadas, con rigor, con seriedad y ahora van a demostrar que, además de haber sabido llevar las riendas de la Diputación durante cuatro años, van a hacer un gran papel en la oposición.

El pasado domingo hubo un claro ganador: Paco Guarido. Estoy en las antípodas de su pensamiento político, pero no por eso voy a dejar de darle la enhorabuena, de felicitarle y de pedirle algo que muchos zamoranos hemos echado en falta, que, por favor, nos represente a todos y que participe más de la vida de Zamora. Paco Guarido no es sólo el alcalde de IU es el primer edil de todos los zamoranos. Que no se deje apresar por el síndrome de la Moncloa y disfrute de la legislatura, con todos.

Vienen días difíciles, días de negociación, días marcados por la incógnita que solo el tiempo despejará. Todo se andará. Kichi sale del consistorio de Cádiz y Chuchi entra en el consistorio de Zamora, con mejor resultado que el de su nefasta antecesora que debería ir pensando en la jubilación. No se puede echar la culpa a los dos partidos que han irrumpido en la Casa de las Panaderas como responsables directos de los votos que se le han escapado para, por lo menos, empatar con Guarido. Los que no le han confiado su voto no tenían intención alguna de votarle. Esa es la reflexión. Cada error nos enseña algo, sólo que algunos se empeñan en no aprender. Hay que dialogar como hace José María Barrios.

Aplíquense el augurio de Manu Mostaza: estamos "ante un final de ciclo en la capital que obliga a PP y PSOE a reposicionarse". Háganlo.

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