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Tocados y hundidos

Los menores en España son como frágiles barquitos a la deriva

JOVENES COLOCAN VELAS EN MEMORIA DE LAS NIÑAS ANASTASIA Y ALEXANDRA, LA GEMELAS RUSAS DE 12 AÑOS DE OVIEDO FALLECIDAS POR LANZARSE POR UNA VENTANA DE SU EDIFICIO

JOVENES COLOCAN VELAS EN MEMORIA DE LAS NIÑAS ANASTASIA Y ALEXANDRA, LA GEMELAS RUSAS DE 12 AÑOS DE OVIEDO FALLECIDAS POR LANZARSE POR UNA VENTANA DE SU EDIFICIO / LNE

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Los menores en España son como frágiles barquitos a la deriva. Son demasiados los que naufragan en ese viaje sin retorno que tantos emprenden en medio del silencio más absoluto. Me parece terrible que más de la mitad de los menores en España tenga problemas mentales, algunos no sé si irresolubles. En nuestro país, en los últimos años, se suicidan 24 niños menores de 15 años como media anual. Las causas son bien conocidas por todos: acoso escolar, depresión/baja autoestima, maltrato o relaciones conflictivas en el hogar, con la particularidad de que últimamente se están viendo casos de suicidio pactados entre hermanos.

En los adolescentes existe contagio emocional de suicidio. Me lo contaba con argumentos contundentes el prestigioso psicólogo español Javier Urra, quien no ha dejado de repetirme que el silencio es el peor enemigo de estos adolescentes que proyectan y ejecutan el final de sus días, casi a la perfección.

2021 y 2022 fueron años devastadores para la salud mental de la población española en general, pero, especialmente, para los menores. Es un fenómeno que no deja a nadie indiferente, especialmente a los organismos oficiales y científicos que lo están estudiando en profundidad. Los porcentajes coinciden y asustan. La pandemia provoco que un número elevadísimo de menores de entre 15 y 17 años sufriera síntomas de depresión y ansiedad, mientras que un 31,5% tiene o ha tenido ideas suicidas. Me preocupa que los expertos cifren entre un 40 y un 60% el porcentaje de menores que tienen problemas de salud mental sin tratar.

Los casos de suicidios consumados en niños y adolescentes ponen de manifiesto la gravedad de un problema social que requiere de una respuesta urgente y coordinada

Los expertos aseguran que se precisa amor, seguridad y tratamiento muy dilatado en el tiempo. Y evitar situaciones como la que voy a contar. Netflix estrenó en 2017 y en Estados Unidos la serie "Por trece razones". A groso modo viene a contar que una adolescente grabó en trece cintas las causas por las que decide quitarse la vida. La consecuencia no pudo ser peor. Al mes de su estreno los suicidios de 10 a 17 años aumentaron un 29%. Se demostró que no fue el mejor método utilizado para acabar con el problema. Silencio, no, Pero detalles y morbo, tampoco.

Los casos de suicidios consumados en niños y adolescentes de los últimos días, el de las mellizas de Oviedo, el del joven de 17 años que cayó desde un décimo piso en Burgos y el de las gemelas de Sallent, en febrero, ponen de manifiesto la gravedad de un problema social que requiere de una respuesta urgente y coordinada.

Basándonos en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, a la hora de hablar sobre suicidios hay que tener en cuenta: Evitar el sensacionalismo a la hora de dar la noticia, no dar detalles de la víctima ni de cómo se ha producido, no atribuir el suicidio a una sola causa, transmitir el máximo respeto a las familias, tener cuidado cuando se hable de estas noticias en presencia de niños/as y adolescentes e incluir en estas informaciones las distintas líneas de ayuda existentes.

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