El comedor universitario de Zamora, sigue y sigue...

A Sandra, Teresa, Yolanda y Jose.

Si difícil es prestar un buen servicio, es decir que la relación precio-calidad, la atención del personal, la limpieza de las instalaciones, como la simpatía y profesionalidad de sus trabajadores; especialmente en el ámbito de la hostelería, donde esas características, más si cabe, son encomiables; más plausible es que con el tiempo, no solo se mantengan en un nivel mínimamente digno, si no que se incrementen.

Y es que seguir, y seguir, superándose día a día, es tremendamente difícil, considerando el escasísimo aprecio por la superación, en todos los órdenes de la vida, de las gentes. Tengamos presente que la perfección del ser humano como de su actividad laboral, potencialmente, lo es "ad infinitum".

Y es que si cogemos “la lámpara” después de muchos intentos nos encontramos con algún ejemplo que otro, más bien escasísimos, del "bien hacer", de un trato exquisito, de ofrecer unos productos dignos, de respeto y empatía hacía el cliente, como lo hacen posible el personal del Comedor Universitario de Zamora, que encabezan este escrito.

Reconocimiento, aprecio y agradecimiento por su buen hacer. De bien nacidos…

Marcelino de Zamora

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