Zamoreando

Feliz y privado alumbramiento

La mujer de Garzón ha dado a luz en un hospital con gestión privada

Un recién nacido

Un recién nacido / JUNTA DE ANDALUCÍA

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Comienzo por decir que me encanta la Sanidad Pública, con todas sus luces que son más que sus sombras, todos sus defectos y todas sus virtudes. No sabemos los españoles lo que tenemos. Sólo nos daremos cuenta el día, ojalá no llegue nunca, que la perdamos. Digo lo que digo porque la izquierda en el Gobierno, siempre cara a la galería, defiende la sanidad pública pero cuando necesitan ser atendidos, recurren a la privada. Lo hemos visto y comprobado en infinidad de ocasiones con los propios ministros del Gobierno de Sánchez. Recordemos el paso de Carmen Calvo por la Clínica Rúber de Juan Bravo.

Los hospitales públicos de gestión privada constituyen un modelo defendido por el PP en comunidades como Madrid o Valencia. Este tipo de centros se han convertido en los grandes enemigos de la izquierda en general y de Unidas Podemos en particular. Nada le digo si la empresa concesionaria es Ribera Salud una organización sanitaria que suma un total de nueve hospitales y 41 centros de atención primaria y da trabajo a más de seis mil profesionales.

La inquina de la izquierda a estos centros no ha sido obstáculo para que Anna Ruiz, mujer del ministro de Consumo, Alberto Garzón, coordinador de Izquierda Unida, haya dado a luz al tercer hijo de la pareja que los convierte en familia numerosa, en el Hospital Universitario de Torrejón, de la red pública de la sanidad de Madrid, pero gestionado por la empresa privada antes citada. El modelo hospitalario que Unidas Podemos quiere eliminar a toda costa, (intención compartida por Sánchez quien ha amenazado con una ley para limitar o prohibir este modelo implantado en cinco hospitales de la comunidad que gestiona Isabel Díaz Ayuso), lo elige Garzón como centro para el alumbramiento de su tercer hijo. Curioso ¿no?

Aprovecho para felicitar a los papás de Robin, que así se llama la criatura, pero me gustaría que el ministro saliera a la palestra dando explicaciones del cómo y el por qué. No se entiende la guerra que hacen a este modelo de gestión desde sus puestos gubernamentales para acabar eligiéndolos como solución en sus vidas privadas. Los comunistas de caviar, como que no. No sólo de huevas de esturión deben alimentarse los ministros, también son recomendables en sus dietas las sopas de ajo que son nutritivas, exquisitas y más baratas.

Garzón ha probado en sus propias carnes el modelo de gestión que ataca sin piedad y parece que le ha gustado. Se ha deshecho en halagos. La gran pregunta es saber si cambiará su parecer sobre la gestión privada de los hospitales públicos.

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