Síguenos en redes sociales:

¿Bloqueo y repetición?

El fantasma de una investidura fallida

Dos meses después de las elecciones legislativas, que otorgaron al PSOE la victoria electoral (por primera vez, desde 2008), el panorama que ofrecen los partidos a la opinión pública es inesperado: tal como sucedió tras los comicios de 2015, por primera vez asoma el fantasma de una investidura fallida y de una posible repetición electoral (que tendría lugar en noviembre). ¿Cómo se ha llegado a este punto?

En primer lugar, por la falta de prisa y el exceso de confianza del actual presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez. Su cómodo triunfo en abril y las posibles alianzas que se abrían (a su izquierda, después de que la militancia socialista le gritara "Con Rivera, no", durante la noche electoral) hacían vislumbrar un pacto con Podemos y con partidos nacionalistas (como el PNV) que, si no en primera votación, sí le garantizaran su investidura en una segunda (donde solo son necesarios más votos a favor que en contra y no una mayoría absoluta).

Sin embargo, el bloqueo del diálogo entre Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias (que exige entrar en el Ejecutivo, algo a lo que Sánchez se niega) y el hecho de que tanto PP como Ciudadanos se nieguen a facilitar su elección con una abstención (lo que ha provocado una crisis en la formación de Albert Rivera), alimenta la hipótesis de una investidura fallida en julio, que obligue a convocar elecciones en septiembre, si nadie modifica sus posturas. Sánchez cree que el miedo a repetir hará que los líderes cambien (Vox y Podemos son los que, a priori, tendrían más que perder), pero ya vimos en 2016 que no tiene por qué ser así. Aunque no hay mal que por bien no venga: hay quién cree que es bueno que no haya Gobierno, para que no salgan adelante propuestas que traigan más perjuicios que beneficios, al sufrido votante.

Pulsa para ver más contenido para ti