Todos sabemos que, en la actualidad, la lidia goza de mala reputación entre algunas personas, y especialmente, en ciertos ámbitos políticos. En el siglo XIX y comienzos del XX, era el espectáculo favorito de las masas, hoy día ha sido sustituido por el fútbol. A pesar de todo forma parte de nuestra historia, costumbres y ocio. José Ortega y Gasset, gran aficionado a los toros decía: "No puede comprender bien la Historia de España quien no haya elaborado con rigurosa construcción, la historia de las corridas de toros". Forma parte de nuestro lenguaje cotidiano, y con frecuencia de forma inconsciente, hacemos referencia a ella pronunciado frases como: "Ver los toros desde la barrera" (sin exposición y riesgo); "Echar un capote" (para ayudar a alguien); "Hacer novillos" (lenguaje escolar); etc. De aquí que no podamos omitirla histórica y socialmente porque tiene fervientes partidarios tanto en España como en numerosas naciones extranjeras. Zamora y su provincia no constituyen una excepción, de aquí que recojamos algunos de los datos más relevantes del toreo.

A partir de la obra Los toros de J. M. Cossío, que constituye el trabajo más completo y extenso que se ha hecho de la tauromaquia, localizamos diez ganaderías en Zamora: tres en Mayalde, dos en Alfaroz y una, en cada localidad de Benavente, Bóveda de Toro, Fuentelapeña, Coreses y Vadillo de la Guareña. De ellas, quizá, la más antigua y famosa (1.934-36) sea la del marqués de Villagodio (Coreses), seguida de la de Don Casimiro, de Benavente (1.947). Plazas de toros fijas observamos cinco, que enumeradas de mayor a menor por su correspondiente aforo, son: Zamora (data de 1.878 y con 7.000 localidades), Villanueva del Campo (5.000 espectadores), Benavente (4.000), Toro (de 1.828 y 3.800 asientos) y Villalpando (1.500). En época de fiestas en la mayoría de las poblaciones se establecen plazas portátiles. Muchos han sido los que han destacado en el mundo taurino y que han nacido en la provincia, sin embargo, aunque ninguno de ellos haya alcanzado la celebridad, por ejemplo, del salmantino "El Viti", sí conviene citar alguno de sus nombres. Así: Andrés Mazariegos, famoso matador de toros natural de Villalpando; Miguel Pérez, novillero, nacido en Gema del Vino, que, desde muy joven y pese a la oposición familiar actuaba ocultamente en capeas; Félix Rodríguez, matador de toros de Fuentelapeña que, en sus inicios, toreaba constantemente en tientas y encerronas; Victoriano Rodríguez, de Zamora, que siendo banderillero de toros actuó en muchas ocasiones en Madrid; "El Sanabrés", novillero de Puebla de Sanabria que se le veía en festejos económicos, su éxito, a pesar de sus esfuerzos no fue muy grande; Cayetano Panero, nacido en Toro en 1.873; Francisco Fonseca, también torés, hombre muy activo que supo compaginar sus estudios universitarios con la labor de profesor y novillero; Vicente Martín, banderillero de Fuentesaúco que vivió a finales del siglo XIX; Lorenzo Pascual, matador de toros y natural de Belver de los Montes, tomó la alternativa en Zamora, pasando luego a Venezuela donde continuamente lidiaba novillos; Francisco Manzano, que fue matador de novillos y natural de Piedrahita de Castro. Toreó con frecuencia en las provincias inmediatas a la suya (Valladolid, Salamanca, Palencia, etc.); etc. Para la enseñanza de la lidia, el zamorano Manuel Martínez Molinero, fundó en la capital, en 1.964, una Escuela Taurina que lleva su nombre.

Muchos más datos podríamos aportar, pero finalizamos estas frases con las misma palabras que lo haría cualquier defensor de la tauromaquia: ¡Que la Fiesta no decaiga!