Síguenos en redes sociales:

La rebelión de Els Segadors

Los campesinos de Gerona atacaron a las tropas de Felipe IV y acabó por desencadenarse la guerra contra Francia

Históricamente, los catalanes han estado rebelándose contra la soberanía de España; en ocasiones han preferido estar dominados por Francia y complicarse la vida con guerras que al final tienen que ser resueltas con pactos para reconocer que son españoles aunque siempre buscando privilegios.

En 1635 Luis XIII de Francia declaró la guerra a Felipe IV de España. La guerra llegó a Cataluña dada su situación fronteriza con los franceses. El conde-duque de Olivares se propuso concentrar en Cataluña un ejército de 40.000 hombres para atacar Francia. Aquel mismo año se renueva la Diputación General de Cataluña de la que entran a formar parte dos firmes defensores de las leyes e instituciones catalanas, el canónigo de Urgel Paul Claris y Francesc de Tamatit. Pronto surgen los conflictos con el ejército real que culminan con el saqueo de Palafrugell por el ejército estacionado allí, lo que desencadena las protestas de la Diputación General y el Consejo de Ciento.

En mayo de 1640, campesinos gerundenses atacaron a los tercios que debían acoger. A finales de ese mismo mes, los campesinos llegaban a Barcelona y a ellos se unieron los segadores en junio. El 7 de junio de 1640, fiesta del Corpus Christi, rebeldes mezclados con segadores entran en Barcelona y estalla la rebelión. Fue el conocido como "Corpus de Sangre" el que dio inicio a la sublevación de Cataluña. El virrey de Cataluña Dalmau de Queralt, conde de Santa Coloma fue asesinado en una playa barcelonesa.

Paul Claris, al frente de la Generalidad de Cataluña, proclama la República Catalana, pero la revuelta escapa a este primer y efímero control de la oligarquía catalana. La sublevación derivó en una revuelta de empobrecidos campesinos contra la nobleza y ricos de las ciudades. La oligarquía catalana se encontró en medio de una auténtica revolución social.

Conscientes de su incapacidad de reducir la revuelta y sus limitaciones para dirigir un estado independiente, los gobernantes catalanes se aliaron con el rey francés Luis XIII. Richelieu no perdió la oportunidad para debilitar la corona española, lo que obliga al conde-cuque de Olivares a preparar un ejército para recuperar Cataluña.

Cataluña se encontró siendo el campo de batalla de la guerra entre Francia y España e, irónicamente, los catalanes padecieron la situación que durante tantas décadas habían intentado evitar: Sufragar el pago de un ejército y ceder parcialmente su administración a un poder extranjero, en este caso el francés.

En 1644, el rey de España Felipe IV, en el transcurso de la guerra de Els Segadors, ocupa Lérida y el monarca promete respetar los fueros de Cataluña pero bajo la soberanía española.

Pulsa para ver más contenido para ti