Ricardo Segundo es una de esas personalidades que a pesar de no haber nacido en Zamora, está vinculado a ella por razones familiares y su figura constituye una de las más destacadas en el paisaje histórico artístico del siglo veinte.

Nace en Madrid el 21 de mayo del año 1903 y cumplidos los catorce años ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Era el año 1917, comenzando su etapa de formación que va a durar hasta 1925, desarrollando la clara y definida personalidad artística que lleva dentro y en la que toman parte la cadena de personalidades que pasan por la Escuela de San Fernando, desde J. Antonio Benlliure a Cecilio Plá pasando por las manos de Romero de Torres, A. M. Degrain, Manuel Bendito y Joaquín Sorolla. Bastaría esta simple relación para entender la personalidad artística de nuestro personaje que a través de su inmensa obra nos va a dejar claramente definidas las influencias de los grandes maestros que le formaron y desarrollaron su personalidad, que fue objeto de premios y reconocimientos durante esta etapa de formación. Ricardo aprovechó las lecciones de sus maestros, que muy pronto comenzaron a dar frutos de gran calidad.

En el curso 1919-20 le conceden el Premio «Joaquín Sorolla» en Colorido y Composición. En 1922 gana una bolsa de viaje en la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro «Elegía».

Del 21 al 24 se le concede una beca veraniega para pintar en la residencia de pintores de El Paular, Segovia. En el año 1923 gana el Premio Paular de pintura al aire libre. Al año siguiente gana el Premio de Diploma de PNP de aunar.

En 1925 se le concede el Premio de pintar en la Residencia de Pintores de la Alhambra de Granada. Al año siguiente consigue la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro «Josefina» pintado en Granada. En este año una selección de su obra representa al Pabellón de Castilla y León en la Exposición Universal de Sevilla; dicha obra es propiedad de la Diputación de Zamora formando parte actualmente de los fondos del Museo de Zamora.

En 1932 termina el cuadro «Vistiendo la Novia» que expone en el Círculo de Bellas Artes de Madrid siendo adquirido por la Diputación Provincial de Zamora y en ese mismo año se le concede la beca Conde de Cartagena de Pintura para formación en el extranjero, realizándola en Florencia.

A partir del año 34 da clases como profesor de dibujo en los institutos de Valdepeñas y Barcelona; en esta ciudad realiza el «Virtuoso y las Musas», cuadro pintado con claras influencias simbolistas en consonancia con el Novecentismo catalán.

En 1942-43 realiza las obras de la Dolorosa y la Santa Cena para la Cofradía de la Vera Cruz de nuestra capital y en el 44 se establece con su familia en la localidad de Sejas de Aliste donde instala un estudio de Pintura, última etapa de su vida como artista, falleciendo en 1983.

Ricardo es un maestro del dibujo, pero es además el gran maestro de la composición y del color. Nadie ha captado tan hondo en el alma del paisaje de Aliste y de sus gentes. Ni nadie en las Bellas Artes ha sido capaz de representar esas tierras y esas gentes, tan cargadas de silencios como de valores, y nadie como Ricardo lo proyectó en la historia del arte.