Melchor, Gaspar y Baltasar... ¿por qué los Reyes Magos se llaman así?

¿Sabías que en la Biblia no aparecen el nombre de ninguno de los tres?

O. G.

Quién no conoce a Melchor, Gaspar y Baltasar. Los vemos en la Cabalgata del 5 de enero y se distinguen fácilmente por sus barbas y el color de su piel.

Los Magos de Oriente están envueltos en mitos y aquí van varios de ellos:

No son magos

El primer mito que hay que descontar es que, en realidad, no tienen nada de magos. Y es que en realidad ese término, que aparece en la Biblia, por aquel entonces se refería a su sabiduría. Es más, dado que los evangelistas hablan de que llegaron a Belén "siguiendo una estrella" se puede intuir que tendrían conocimientos en astrología, navegación o cálculo. Tampoco está nada claro que fueran realmente reyes, ya que en algunas pinturas aparecen representados como monarcas (no antes del siglo VIII) y en otras como simples nobles o incluso sacerdotes.

¿Oriente?

Otro punto a tener en cuenta es de dónde llegaron. Si bien es público que venían de Oriente, ¿a qué se llamaba oriente en aquella época? Posiblemente fuera un lugar más al este de Palestina, Arabia o incluso Mesopotamia.

Sus nombres

En la Biblia no se mencionan en ningún momento sus nombres. Según la creencia popular, estos vienen del historiador Agnello, del siglo IX, que se refiere a ellos en su obra 'Pontificalis Ecclesiae Ravennatis'. Cada uno tiene sus propias características y significado.

Melchor es un anciano con barba blanca, que representa la tercera edad y, en concreto, a los europeos. Su presente al Niño es oro, es decir, la realeza de Cristo.

Gaspar procede de la zona asiática y simboliza la juventud. Su regalo, el incienso, evoca la divinidad de Jesús.

Baltasar es la representación de África. Su obsequio es la mirra, que se utilizaba para embalsamar cadáveres y, por ello, destaca la humanidad.