¿Cómo afecta psicológicamente a los niños el exceso de regalos en Navidad?

La abundancia de presentes acarrea consecuencias para los más pequeños

¿Cómo Afecta Psicológicamente A Los Niños El Exceso De Regalos En Navidad?

¿Cómo Afecta Psicológicamente A Los Niños El Exceso De Regalos En Navidad? / EDUARDO PARRA / EUROPA PRESS

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La época navideña, caracterizada por la generosidad y la entrega de regalos, puede tener consecuencias psicológicas significativas en los niños cuando la abundancia de éstos alcanza niveles desmedidos. Más allá de la alegría inicial, el exceso de obsequios, en ocasiones, dificulta la valoración real de cada objeto.

"Si los más pequeños reciben una gran cantidad de detalles pueden ver afectado su desarrollo emocional. Este fenómeno suele generarles ansiedad y confusión, llegando a no apreciar de manera correcta cada presente. Además, la saturación material asiste al cultivo de una mentalidad consumista y superficial. Por ello, los especialistas sugerimos limitar la cuantía a alrededor de cuatro. Esto no solo fomenta una apreciación más profunda de cada uno de ellos, sino que también promueve valores como la gratitud y la conexión emocional con los demás, aspectos cruciales para un crecimiento saludable", explica María Calle, psicóloga de bluaU de Sanitas.

Ante esta situación, los psicólogos de Sanitas han elaborado un listado sobre cómo inculcar a los pequeños que la Navidad va más allá de la suma de regalos que recibirán en Reyes Magos o Papá Noel:

  • Enfocarse en experiencias significativas: es recomendable subrayar la importancia de centrarse en actividades compartidas en lugar de la multitud de obsequios. Cocinar dulces típicos en familia, visualizar películas navideñas o decorar conjuntamente la casa son ideas para poner el valor de las experiencias por encima de los objetos.
  • Promover la gratitud: la redacción de notas de agradecimiento personalizadas es una manera de fortalecer las relaciones y reconocer el valor de cada regalo, priorizando la calidad sobre la cantidad.
  • Concienciar acerca de la emergencia climática: es aconsejable introducirles el concepto de sostenibilidad, destacando cómo la sobreabundancia de presentes coopera al desperdicio y al impacto ambiental. Por lo tanto, la elección de elementos reciclados, reutilizados o duraderos se presentan como una excelente idea para promover la responsabilidad ambiental. De este modo, hacer regalos artesanales con materiales reciclados puede ser una buena estrategia, generando regalos más significativos y más respetuosos con el planeta.
  • Enseñar el valor de compartir: resaltar la importancia de repartir con aquellos menos afortunados mediante actividades solidarias como donar juguetes o alimentos, es una manera de cultivar la empatía y la generosidad.

Establecer de manera clara las expectativas: es sugerible comunicar francamente la perspectiva sobre el número de regalos antes de la temporada navideña. Con ello, entenderán que el verdadero espíritu de la Navidad se encuentra en el amor y la conexión familiar, y que los objetos son una expresión de afecto, no una medida de valor personal.

Una autoestima más saludable

De forma general, es positivo mostrar cariño a nuestros hijos de diferentes maneras, y no sólo a través de los regalos. Los expertos dividen en cinco categorías los "lenguajes del amor" hacia los más pequeños: Contacto físico, palabras de afirmación, actos de servicio, recibir regalos y tiempo de calidad.

"Todos ellos son importantes y necesarios para que los niños se sientan queridos y valorados de forma completa, aunque muchos estudios apuntan a que el tipo de cariño más demandado por los niños es en el cual los padres pasan tiempo de calidad con sus hijos. Esto es, con actividades agradables, hablando de cosas interesantes para ellos, estando presentes y no con el móvil mientras estamos con ellos", concluye la psicóloga de Sanitas.

La restricción en la suma de regalos ayuda a enseñar importantes lecciones sobre la importancia de la moderación, la paciencia y el agradecimiento. Así, los niños aprenden a disfrutar del espíritu de la Navidad; centrarse en las experiencias compartidas; y fortalecer los lazos familiares en lugar de depender exclusivamente de la acumulación de objetos materiales.

En definitiva, al limitar la cifra, se mitiga la presión competitiva y la comparación entre hermanos, primos o amigos, lo cual contribuye a una autoestima más saludable.