Entrevista | César Rodríguez Sánchez Oncólogo y presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica

"La evaluación individualizada y el diseño de un tratamiento específico es lo que aumenta las posibilidades de curación del cáncer de mama"

"El 40% de los tumores pueden evitarse con hábitos de vida y factores ambientales saludables"

César Rodríguez Sánchez

César Rodríguez Sánchez

César Rodríguez, oncólogo y presidente de SEOM, participará en el evento “Cáncer de mama, avanzando hacia la cura”, organizado por La Opinión-El Correo de Zamora, patrocinado por Fundación Caja Rural, el Ayuntamiento y la Diputación de Zamora y con la colaboración de AECC, con una ponencia sobre la visión integral del cáncer de mama en 2023, abarcando la prevención primaria, los hábitos de vida y factores ambientales, y las mejoras en los tratamientos.

–La AECC indica que el diagnóstico precoz es fundamental para hacer frente a la enfermedad.

–Si, hay dos aspectos fundamentales. El primero, la prevención primaria y educación para la salud. Incidir en aspectos relacionados con hábitos de vida y factores ambientales que hacen, no que el tumor se diagnostique precozmente, sino que ni siquiera se desarrolle. Hasta un 40% de los tumores que se diagnostican podrían evitarse con hábitos de vida y factores ambientales saludables, por ejemplo, evitando el tabaco, el alcohol, las dietas inadecuadas, el sobrepeso, el sedentarismo y otros aspectos como la contaminación ambiental, la exposición a rayos ultravioleta, etc. Con ello podría evitarse casi la mitad de los cánceres que padecemos. Y, luego, está la prevención secundaria, los programas de cribado, para lo que hay que seguir estimulando a las mujeres para que participen, por ejemplo, a través de una mamografía, o de otras pruebas en otros tipos de cáncer.

–¿Como suele detectarse el cáncer de mama?

–Hay dos grandes vías en los diagnósticos de cáncer de mama en nuestros hospitales. El primero, por suerte, cada vez es más frecuente, los programas de cribado, los de prevención secundaria. Es decir, las mamografías que se hacen a la población, en nuestra comunidad, entre los 45 y los 70 años. Digo que por suerte esta es cada la vía de entrada más frecuente porque los programas de cribado permiten la detención en etapas muy precoces, incluso en algunas etapas preinvasivas y esto aumenta de manera muy significativa la probabilidad de curación y, también de tratamientos menos agresivos, con unas tasas de supervivencia muy elevadas. Cuando el diagnóstico se hace en esas etapas precoces lo habitual es que la probabilidad de curación y de estar libre de la enfermedad diez años después del diagnóstico supere el 90%. La otra vía de entrada es que la propia paciente note la enfermedad, el tumor, bien de manera casual durante una autoexploración o en otras situaciones de la vida cotidiana y, en esos casos, normalmente, suele tratarse de etapas un poco más avanzadas de la enfermedad porque es cuando el tumor ya es palpable y clínicamente evidente. Por eso es importante que las mujeres conozcan determinados signos de alarma que, fundamentalmente, son la aparición de un nódulo que no estuviera previamente en la mama, la retracción de la piel del pezón, el sangrado por el pezón o el enrojecimiento anómalo de la piel de la mama. Estos son signos de alarma que pueden hacer que la paciente consulte antes a su médico y sea remitida a una unidad específica de patología mamaria.

–Una vez tenemos la sospecha diagnóstica, ¿qué pasos se dan?

–El siguiente paso es confirmar esta sospecha. No todas las lesiones palpables, o que inicialmente en una mamografía de cribado son sospechosas finalmente terminan siendo un cáncer de mama. El paso siguiente es remitir a la paciente a una unidad especializada. Casi todos los centros, por no decir todos, ya tienen una unidad de patología mamaria donde se perfila de una manera más completa el estudio mamográfico inicial. Generalmente, se acompaña de una ecografía, incluso en otras ocasiones de pruebas radiológicas más complejas con una resonancia magnética mamaria y, cuando esa sospecha es firme y se confirma, debe terminar siempre con una biopsia del tejido mamario. Es decir, la única prueba que definitivamente confirma el diagnóstico de cáncer de mama, es un diagnóstico anatomopatológico, una biopsia para confirmar o descartar la presencia de un cáncer de mama.

Las pacientes son atendidas en unidades especializadas de patología mamaria compuestas por equipos multidisciplinares

–¿Cuál es la clave para obtener los mejores resultados?

–Las pacientes son atendidas en unidades especializadas de patología mamaria compuestas por equipos multidisciplinares. Si esto no es así, probablemente, la atención que va a recibir la paciente no sea todo lo adecuada que debería. Por tanto, en este momento es una exigencia que las pacientes diagnosticadas de un cáncer de mama sean evaluadas y atendidas por un equipo multidisciplinar. Normalmente la paciente es evaluada por una unidad de patología mamaria, generalmente por un profesional de ginecología y otro de cirugía especialista en mama. Pero, inmediatamente después, ese caso es sometido a debate, lo que llamamos un comité multidisciplinar de cáncer de mama donde participan cirujanos, ginecólogos, radiólogos, patólogos, oncólogos, radioterapeutas, enfermería especializada, todos los profesionales que en algún momento pueden tener que tomar parte en las decisiones de cómo tratar ese tumor. Veremos que el cáncer de mama ha cambiado mucho en lo que se refiere a su tratamiento. Ya no todo cáncer de mama, de inicio, se opera, hay muchas estrategias diferentes de tratamiento y, por tanto, la participación de todos estos especialistas es clave para obtener el mejor tratamiento y resultado terapéutico.

–Estas jornadas versan sobre las terapias personalizadas, ¿qué logran esos tratamientos respecto a los anteriores?

–Cuando hablamos de medicina de precisión o personalizada fundamentalmente nos referimos a la estrategia que consiste en que cada paciente reciba el tratamiento más específico y más adaptado al tumor que tiene en todos los sentidos. Conocemos, hoy en día, de manera mucho más profunda la biología de los tumores y su comportamiento. Hoy sabemos que el cáncer de mama no es una enfermedad única, son múltiples entidades clínicas con diferencias entre sí muy marcadas, con comportamientos muy diferentes que lleva a tratamientos muy diferentes. Conocer antes de tratar, de manera exhaustiva, todas las características del tumor, moleculares, biológicas, etc., nos va a permitir seleccionar, primero, una estrategia de tratamiento personalizada, hay tumores que hay que operar, pero otros que se tratan primero con terapia sistémica primaria, antes se hacía con quimioterapia, ahora ya no es solo quimioterapia, usamos muchas terapias primarias y se operan después porque proporciona mejores resultados. Por lo que a veces somos los oncólogos los que empezamos a tratar a las pacientes y se operan en un segundo tiempo, lo que permite mejores resultados terapéuticos, no solo en términos cosméticos y de agresividad de la cirugía, sino también de probabilidad de curación. La radioterapia también puede ser de precisión, ya empezamos a utilizar estrategias de radioterapia intraoperatoria que evitan esas largas y tediosas sesiones de radioterapia en algunos casos seleccionados y todo se realiza con la paciente con el tumor como centro, no con el tratamiento. Antes parecía que la medicina era el centro, ahora lo es la paciente. La evaluación individualizada y el diseño de un tratamiento específico es lo que aumenta las posibilidades de curación y evita administrar tratamientos innecesarios a pacientes que no lo necesitan. Solo damos los tratamientos que hay que dar al tumor y la paciente con unas características determinadas, porque dos pacientes pueden no parecerse en nada ni en la enfermedad ni en el tratamiento que reciben.

Iremos curando determinados tipos de cáncer y disminuyendo el número de recaídas

–¿Estamos más cerca hoy de encontrar una cura para el cáncer?

–Lo primero que digo siempre es que el cáncer no es una enfermedad, son muchas enfermedades diferentes, más de 200. Por tanto, no va a llegar un día en el que digamos el cáncer se cura, iremos asistiendo de manera progresiva a evitar la muerte por determinados tipos de cáncer. En este momento la mortalidad por cáncer disminuye de manera significativa en muchos tumores, los tratamientos son cada vez más eficaces, se evitan cada vez más recaídas y, además, en pacientes que recaen podemos tener supervivencias muy prolongadas. De ahí a decir que curaremos el cáncer queda mucho camino por recorrer. Lo que si podemos decir es que iremos curando determinados tipos de cáncer, disminuyendo el número de recaídas que determinados tipos de cáncer tienen, pero lo iremos haciendo tumor por tumor, entidad clínica por entidad clínica. Nunca hemos dicho que se curarán las enfermedades infecciosas, se han ido curando a medida que ha habido tratamientos para determinadas infecciones. La tuberculosis se puede tratar, hace muchas décadas la gente moría por ello, igual que las neumonías, que hace muchos años eran letales, con el cáncer va a pasar algo similar, se irán encontrando herramientas terapéuticas.