La vendimia llega en un momento dulce para la ciudad de Toro. En un escenario de buenas previsiones para los bodegueros, el municipio aún paladea el éxito de un verano muy activo desde el punto de vista cultural y exitoso desde el prisma turístico. El aluvión de visitantes ha reforzado la decisión del Ayuntamiento de apostar por organizar actividades para los ciudadanos, a pesar de las restricciones de ocio impuestas para frenar el COVID. Ahora, el alcalde, Tomás del Bien, está enfrascado en preparar también las Fiestas de la Vendimia y en encarar, a partir de entonces, la parte final de este mandato con el objetivo de impulsar el desarrollo de la tierra.

–Llega un momento muy importante para Toro y su economía. ¿Cómo se plantea la vendimia para la ciudad?

–Todas las informaciones que nos han facilitado el Consejo Regulador y los bodegueros hablan de una buena vendimia. Ha sido un año climatológicamente muy bueno y prácticamente todas las bodegas están metidas en faena. En Toro, se respira ambiente de vendimia y obviamente hay mucho movimiento de trabajadores. Es un momento crucial para la economía de Toro de todo el año porque, de una vendimia buena, podemos tirar muchos meses, o sea que se presenta bien. Creo que se está haciendo muy bien el trabajo desde el Consejo Regulador, con todo el tema sanitario también, y el vino de Toro está en plena forma. Esperemos que siga así muchos años.

–El vino también es un importante elemento dinamizador del turismo, aunque parece que, últimamente, a los visitantes, les sobran razones para acudir a la ciudad.

–Sí, Toro se ha posicionado ya como un destino de interior referente a nivel nacional. Hemos tenido un verano que hacía muchos años que no conocíamos, a pesar de todas las dificultades que estamos viviendo, y el vino ayuda; ayuda, porque al final, yo siempre lo digo, son entre 18 y 22 millones de embajadores que son de vidrio, que llevan una etiqueta y que tenemos la suerte de que, además, en su marca llevan el nombre de Toro. Aunque seamos veinte pueblos, es Vino de Toro, y esos millones de embajadores en forma de botellas viajan por todo el mundo y llevan nuestro nombre. Eso repercute porque llega a mucha gente. Es verdad que ahora se está trabajando mucho en materia turística, patrimonial y cultural, pero también hay mucha gente que viene atraída por el vino.

–A pesar de la pandemia, Toro ha tenido un verano muy activo, con muchas actividades y con un programa alternativo de las fiestas de San Agustín. ¿Qué balance hace de las iniciativas puestas en marcha?

–Hemos tenido un verano maravilloso. Es verdad que, este año, se ha recogido el fruto de la siembra. El verano pasado era mucho más complicado que este y Toro decidió apostar por entornos de cultura segura. Acertamos al apostar por la cultura como un elemento de ocio y también dinamizador económico. Este año ya se han desbordado todas nuestras expectativas. La apuesta por la Iberoamericana ha sido una revolución absoluta, porque Toro ha estado en toda la prensa internacional y nos ha reportado un crecimiento de más de un 20% en el turismo. Además, un turismo de calidad, que ha hecho un gasto medio por persona importante, y ya digo que hemos estado casi desbordados. Es verdad que hemos creado espacios seguros, que ha sido una maravilla trabajar así y los vecinos, los artistas y los turistas que han venido lo han entendido. Estamos contentísimos porque, además, hemos recibido el feedback de los comercios, de los bares, de los hoteles, que dicen que ha sido un verano buenísimo.

–¿Hasta qué punto es importante esto para los negocios de hostelería, tan castigados por la crisis sanitaria?

–Los bares han tenido seis meses de cierre. Ahora se han visto ciertamente recuperados y lo más gratificante es que nos lo han dicho, que todo el ambiente que ha habido les ha permitido trabajar como nunca. Hay que darles la enhorabuena, porque han trabajado muchísimo y la gente se ha ido muy satisfecha con el servicio recibido. De todos modos, esto repercute en todo. Mi familia tiene un taller y, cuando hay movimiento, el taller del barrio lo nota también.

–Se acercan unas Fiestas de la Vendimia que son muy importantes para Toro. ¿Qué se ha planteado para este año?

–Pues justo hemos debatido esta semana las decisiones. La Junta acaba de trasladarnos a ese nivel de riesgo controlado, que no estaba regulado en el semáforo, así que este mismo jueves he estado hablando con la Delegación para ver qué podemos hacer. Obviamente, se han quitado todas las restricciones, pero tampoco podemos creer que esto va a ser así, de golpe, una fiesta de la vendimia con un domingo de carros y 40.000 personas en la calle. Creo que es evidente, y lo tiene que entender todo el mundo, pero bueno, haremos un buen programa para que la gente pueda salir a la calle más de lo que ha salido, para recuperar el ritmo. Esto es progresivo y todavía no vamos a tener una fiesta de la vendimia al 100%; quizá sí al 50 o al 70%.

–O sea, que es un paso más respecto a lo que se organizó de cara a San Agustín.

–Un poquito más de lo que se hizo en San Agustín. Estamos, ahora mismo, destripando el programa, porque las Fiestas de la Vendimia son muy estancas; son sota, caballo y rey y tienen una protección de Interés Turístico Regional que hace que haya que respetar la estructura de la fiesta. No va a ser, como digo, al 100%, pero va a ser un pasito más respecto a San Agustín. Podemos sacar los eventos de esos recintos estrictamente seguros con metro y medio, sentados, sin barra… Entonces, vamos a intentar abrir un poquito más.

–Más allá del turismo y de las fiestas, se abre un año importante para Toro con el camino hacia la recuperación. ¿Cómo se prevé el curso?

–Viene una etapa buenísima. Primero, porque ya estamos recogiendo los frutos de seis años de gestión muy complicada, donde nos hemos afanado en quitar deuda, en bajar el plazo de pago a proveedores, que estaba casi en 150 días y ahora son 30… Esto se junta con los fondos que vienen de Europa y Toro se está preparando con un plan estratégico. Estamos siendo uno de los municipios pioneros, tenemos muchísimos proyectos en mente, estamos llamando a la participación de la gente y, ahora mismo, el Ayuntamiento tiene una capacidad de inversión fuerte. Se pueden materializar muchos de los proyectos que, hasta ahora, no habíamos podido hacer.

–Esperando Monte la Reina.

Y esperando Monte la Reina. El jueves estuve con el presidente de la Diputación diciendo que tenemos que empezar a coordinarnos ya. Hay que empezar a alzar la voz, porque nos sentimos engañadísimos por el Gobierno central, porque no olvidamos que Pedro Sánchez se comprometió en un acto de campaña y que, en el programa con el que se presentó a diputado Antidio Fagúndez, la primera línea era Monte la Reina. Ahora se han olvidado, pero nosotros no y hay unos fondos europeos con los que encaja perfectamente.