Entrevista | Jesús María Prada Candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Zamora

"Zamora puede aspirar a que lleguen multinacionales si se les dan facilidades"

"No me cierro a recuperar espacios peatonales, pero con planificación; sí implantaremos más espacios verdes para aminorar las temperaturas"

Jesús María Prada, candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Zamora.

Jesús María Prada, candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Zamora. / Emilio Fraile

Luis Garrido

Luis Garrido

Jesús María Prada tiene el cometido de cambiar el signo político del Ayuntamiento de Zamora tras ocho años de gobierno de Izquierda Unida. Se presenta por primera vez como cabeza de lista y aspira a convertirse en un alcalde dialogante. Su máxima es pisar la calle, hablar con los vecinos y conocer sus problemas de primera mano. Y también salir fuera de la ciudad a buscar esas empresas que hacen falta para crear oportunidades.

–Lleva usted los últimos cuatro años sentado en la bancada de la oposición del Pleno del Ayuntamiento de Zamora. ¿En qué ha visto cambiar la ciudad?

–La ciudad está estancada y si acaso ha ido a peor. Estos cuatro años de mayoría absoluta de Izquierda Unida no han sentado nada bien al Ayuntamiento. Hemos visto cómo se han rechazado sin debate mociones que podrían haber sido aprobadas con tranquilidad, muchos de los proyectos importantes están paralizados… Creo que se han perdido, no solo cuatro, sino ocho años. Y Zamora no puede esperar, porque no tiene la capacidad de seguir aguantando otros cuatro años de parálisis institucional, de proyectos inacabados. Lo dicen en la calle, lo dicen los comerciantes, los vecinos. Necesitamos un cambio. He oído al alcalde que le fastidia que los grupos de oposición pidamos un cambio, pero es evidente que resulta necesario. Primero, por los ocho años de parálisis; y, segundo, porque es nuestra obligación intentar cambiar las cosas. Es el llamamiento que hago de cara al próximo domingo.

–En un acto de precampaña anunció que acometería, cuando fuera alcalde, una auténtica revolución en el área de urbanismo del Ayuntamiento de Zamora. ¿En qué consistirá?

–He hablado con la Cámara de Comercio, con la CEOE, con industriales de los polígonos, comerciantes, constructores, particulares… Y todo el mundo habla de un problema de licencias, de colapso en el área de urbanismo y de exceso de rigurosidad en la exigencia de medidas. Eso hay que pararlo, porque nos estamos cargando la ciudad, estamos matando a Zamora, a su tejido productivo, a su comercio, a su industria y causando muchos problemas a sus vecinos. Por lo tanto, habrá que hacer una revolución, claro. Estudiaremos convenios con colegios profesionales, externalizar servicios o ver la plantilla que hay y aumentarla. Si tenemos tasa de reposición suficiente, habrá que aumentar el personal. Haremos todo lo que esté en nuestra mano, como por ejemplo iniciar los trámites de modificación del Plan General de Ordenación Urbana, de las ordenanzas de urbanismo y del Plan Especial del Casco Histórico. No se puede estar ocho años sentado en el sillón viendo la vida pasar cuando todo el mundo en la calle dice que el tema de urbanismo, la concesión de licencias y las aperturas son un auténtico desastre en Zamora.

–¿Qué planes tiene para el Casco Histórico?

La solución es redactar un nuevo Plan Especial del Casco Histórico aminorando las limitaciones a la construcción y a la reforma de viviendas. No podemos obligar a los propietarios a que tengan que tener sus casas en el formato en que nosotros digamos. Hay que dar más libertad a la iniciativa privada. A los turistas les sorprende que nuestro Casco Histórico esté abandonado, en el sentido de que no esté habitado ni tenga el bullicio que hay en otras ciudades similares. Tenemos un Casco Histórico monumental, muy protegido, en gran parte por la falta de desarrollo del siglo XX en Zamora y tenemos que saber aprovecharlo. Hay que potenciarlo a través de facilitar que venga gente a vivir. La población en esta zona está cada vez más envejecida y los promotores no construyen porque saben que se meten en un lío burocrático enorme. Todo eso lleva a que cada vez haya menos comercios, menos tiendas y menos bares, lo que dificulta la oferta y el atractivo turístico. Su recuperación será uno de los ejes centrales de mi programa de gobierno.

–Se ha mostrado públicamente en contra del modo de proceder con la Zona de Bajas Emisiones. ¿Qué hará con ella si es alcalde?

–Hay que compatibilizar la vida de los zamoranos con una Zona de Bajas Emisiones. La actual se hizo deprisa y corriendo, así que se hizo mal. Por lo tanto, tendremos que realizar ajustes. Evidentemente, acometeremos la eliminación de bolardos de manera inmediata. Tenemos también que actuar en algunas calles para que existan espacios de paradas de emergencia de dos o cinco minutos para que una persona pueda ayudar a subir a su abuela a su domicilio o que un repartidor pueda traer la compra a una persona mayor. La obra está hecha, de forma chapucera, pero es lo que hay; se hizo con fondos europeos y hay que respetarla, pero la tendremos que adaptar. Sí pienso que podíamos haber elegido otras zonas de la ciudad como Zona de Bajas Emisiones, pero hemos ido precisamente a un espacio muy sensible con el comercio. Estos días he hablado con ellos y todos me dicen que sus negocios van peor desde que la Zona de Bajas Emisiones se puso en marcha. Gente de los pueblos que no tienen donde aparcar y han dejado de venir. Hay muchas realidades que desde el Ayuntamiento de Zamora se han ignorado y por las que ahora se están pagando las consecuencias.

–Ha anunciado más zonas verdes y menos cemento. ¿Va por ahí su idea de ciudad?

–Zamora tiene rincones muy recoletos y muy especiales. Yo soy un enamorado de la plaza de Fray Diego de Deza y siempre que me preguntan digo que es mi rincón favorito de la ciudad. Pero hay zonas que tenemos que dinamizar y recuperar el verde. Hubo una época en que se eliminaron muchas zonas verdes y es verdad que se hizo con gobiernos del Partido Popular. Yo no comparto esa filosofía de ciudad. Tenemos la plaza de Castilla y León, la plaza de la Constitución e incluso de la de Santa Lucía; muchas plazas que son un desierto. Tenemos que emprender acciones para volver a poner vegetación en estas zonas, sea modificando el entramado urbano o a través de jardines verticales. Hay que recuperar zonas para los zamoranos; zonas verdes con sus árboles y su vegetación que aminoren las temperaturas que en época estival son cada vez más intensas.

–¿Piensa seguir la política de ganar espacio de los vehículos para los peatones?

–No soy contrario a eso y por supuesto que tenemos que continuar ampliando aceras y ganando espacio. Pero las actuaciones deben ser planificadas. Tenemos que tener un modelo de ciudad y si yo voy a quitar cuatro aparcamientos de un sitio, tengo que tener previsto dónde voy a reponerlos en otro. Eso es lo que no ha pasado aquí. Ahora nos anuncian que dentro de un año tendremos un nuevo aparcamiento en el Seminario, pagando todos los zamoranos, además de pagar un alquiler al Obispado. Eso se llama improvisar. Se ha tomado una medida equivocada y ahora estamos improvisando para encontrar remiendos a lo que hicimos y no teníamos que haber hecho.

–Uno de sus proyectos estrella es el del parque empresarial Zamora-Monfarracinos. Primero, la construcción. Y después, ¿qué?

–Hay que salir de Zamora a buscar empresas. Pero, para salir a buscar empresas y ofrecerles suelo y unas condiciones concretas de extensión, de precio, de comunicaciones, de energía y de servicios públicos, primero tienes que tener ese polígono. Sé que hay gente que dice que para qué otro polígono si los que tenemos están vacíos. Si están vacíos es porque el Ayuntamiento ha hecho dejación de funciones. En La Hiniesta Ampliación se vendieron parcelas hace muchos años que ahora mismo están vacías y que tenían una cláusula de reversión por la cual, si no se desarrollaban, debían devolver el suelo. Y no se ha hecho nada. El Ayuntamiento no lo ha exigido. Llevamos ocho años esperando a que ejecuten una segregación de las parcelas para hacerlas más pequeñas porque industriales zamoranos lo están pidiendo y no se ha hecho nada. Pero, ese no es el modelo del parque industrial de Monfarracinos.

–¿Y cuál es?

–Queremos un parque industrial para ir a Madrid, contactar con empresas, con multinacionales y que puedan instalarse aquí cubriendo sus necesidades. Igual que hacen otras ciudades de Castilla y León. ¿Por qué Zamora no puede aspirar a tener las mismas empresas que Benavente o que Villadangos en León? Para eso tenemos que tener ese suelo para ofrecer acompañado de una cartera de facilidades de financiación y que vengan, de la mano de la Junta de Castilla y León, con ayudas a la inversión.

–¿Por qué en Monfarracinos y no en suelo municipal?

–No buscamos dinero. No queremos ni el IBI, ni las basuras, ni el Impuesto de Construcciones. Lo que queremos es generar empleo. Que venga una empresa y pueda crear cien puestos de trabajo para la gente que viva en Zamora. Nuestra riqueza es nuestra gente, eso lo tenemos clarísimo.

–Otros partidos han centrado el tiro en empresas asociadas a la tecnología o al envejecimiento, pero usted no cierra las puertas a nada.

–Empresa es empresa, riqueza es riqueza y empleo es empleo. Desde una fábrica de aluminio a cualquiera que pueda atender a nuestros mayores. No nos cerramos a nada. ¿Alguien se cree que Zamora está para poner exigencias? Hay que estar abiertos a todo, empezando por los empresarios zamoranos. Y ayudar a todo el mundo que quiera invertir en Zamora. Sea un autónomo que quiere abrir una frutería en la esquina o sea una gran empresa. Cualquiera que quiera venir a Zamora de cualquier sector, será bienvenido por un alcalde del Partido Popular.

–Su programa deja claro que el capital turístico de Zamora es su patrimonio y que otras iniciativas, como la observación, deben ser accesorias.

–Es complementario. Me pongo en el pellejo de un madrileño que esté en su casa y seguramente alguno quiera venir a ver mariposas en el río Duero, no digo que no, pero a Zamora se la conoce por su patrimonio, por el románico y por el modernismo. Tenemos que explotar mucho más el modernismo, así como edificios singulares que tienen su importancia como el Museo Provincial, el Consejo Consultivo, edificios que no son modernistas pero están firmados por arquitectos como Segundo Viloria. Tenemos un patrimonio arquitectónico muy importante y debemos ponerlo en valor con señalización. No renuncio a las mariposas, pero sí digo que si voy a una feria internacional de turismo no hablo de polinizadores, sino que hablo del románico y del modernismo.

–Su programa cultural incluye proyectos de calado como la recuperación de la Bienal de Pintura o el Pórtico Musical. ¿Reforzará el perfil cultual de la capital?

–No podemos seguir parados. Hemos dejado que se pierdan grandes citas culturales que nos situaban en el panorama nacional. Una de ellas fue la Bienal, que se perdió con un gobierno del Partido Popular y no me duelen prendas en decirlo. También dejamos perder el Pórtico y no debería haber ocurrido. Nos pondremos a trabajar con las personas que más entienden para volver a ponerlos en marcha sin más tardar en 2024. Necesitamos esos referentes. Y tenemos que innovar, reconfigurar la oferta cultural pensando tanto en los zamoranos como en los turistas, que cada vez nos visitan más y no tienen ninguna opción de ocio en buena parte del año.

–También apuesta por recuperar espacios como ermitas o iglesias sin actividad para entregarlas a la cultura. ¿Ya ha hablado con el Obispado?

–La comunicación con las instituciones, y al Obispado lo considero una institución más de la ciudad, es básica. Y me alegro de que un equipo de gobierno comunista haya tenido la sensatez de sentarse con el Obispado para llegar a acuerdos. Yo también me he sentado con ellos, igual que lo he hecho a lo largo de los últimos años desde la Diputación. Hemos hablado, en primer lugar, de que hay que echarle una mano en la conservación del patrimonio histórico de la ciudad porque es la gallina de los huevos de oro. Y, en segundo lugar, hemos pedido espacios como la iglesia de San Esteban y la ermita de los Remedios para convertirlos en centros culturales. Es patrimonio de todos y la mejor forma de conservar el patrimonio es utilizarlo, porque necesitamos espacios para nuestros artistas. Pero, también les he pedido que ellos nos ayuden para impulsar un turismo experiencial. La gente ya no quiere solo entrar en una iglesia, salir de esa iglesia y entrar en otra iglesia. Necesitamos más. Se está trabajando en una serie de proyectos de subida a las torres y nos interesa mucho que se pueda rodear la Catedral. Una cosa que en cualquier otra ciudad podría resultar ridícula de ansiar, aquí lo ansiamos desde hace muchos años. Y confiamos en la sensibilidad del Obispado para permitir ese acceso por la parte trasera y comunicar la Puerta del Obispo con los jardines del Castillo.

–¿Cómo abordará Jesús María Prada, si es alcalde, el envejecimiento al que se enfrenta la ciudad de Zamora?

–No computo el envejecimiento como un problema y sí como una oportunidad. Es la realidad social que tenemos. Lo que sí tenemos que hacer es intentar que el saldo vegetativo sea cada vez menor. Ahora mismo las defunciones sacan muchísimo a los nacimientos. Yo he hablado de ayudas a la natalidad y soy consciente de que no servirá para tener hijos. Nadie va a tener un hijo porque le des mil euros. Pero es de justicia que la gente que tiene un hijo en Zamora pueda tener una ayuda de su ayuntamiento. Esos cheques bebé de mil a tres mil euros para gastar en comercio de Zamora es una medida importante de justicia. Y tenemos que cuidar más a nuestros mayores, tenemos una batería de medidas para luchar contra la soledad no deseada. Hay que aprender a cuidar a los mayores y hacer de ello una oportunidad de negocio, se llame silver economy o no. Una medida que podemos tomar es licitar un contrato municipal con el Tercer Sector, por ejemplo Fundación Personas o Intras, cuyos usuarios tienen problemas de incursión en el mercado laboral, para que vayan a recoger la basura a personas mayores con dificultades de movilidad. Ayudamos a los mayores y controlamos a la vez que están bien. Hay que innovar, ser originales en las nuevas políticas.

–Los Viernes al Barrio. Dice que algunos se han reído de esta propuesta. ¿Por qué?

–Una cosa que se le puede reprochar al alcalde actual es haberse encerrado en el despacho. Lo dice todo el mundo en la calle. Yo he visitado los barrios y es una de las cosas más provechosas que he hecho en estos últimos meses porque así se conoce la realidad del día a día. Y el abandono de los barrios es importante. Yo creo en un Ayuntamiento dialogante. La piedra angular de mi gobierno será el diálogo, hablar con todo el mundo, recibir a todo el mundo sin delegar en el concejal de turno. El concejal estará a mi lado, pero yo recibiré a colegios profesionales, asociaciones de vecinos. A todo el mundo. E iré los viernes al barrio porque creo que es importante que un alcalde conozca de primera mano, no por lo que le digan, los problemas de la ciudad. Es importante salir a la calle y lo haré el primer viernes después de salir alcalde. Que me digan las cosas a la cara, que me tengan que echar la bronca si tienen que hacerlo. Todos estamos al servicio de Zamora.

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