Fábrica de campeones

La Masia, la cantera del Balón de Oro: Aitana y Messi, los reyes que crecieron en Sant Joan Despí

Aitana Bonmatí posa con el Balón de Oro conquistado el lunes en París.

Aitana Bonmatí posa con el Balón de Oro conquistado el lunes en París.

Laia Bonals

Talento. Hace falta mucho para ser nombrada como la mejor jugadora del mundo. Pero también debes estar en el lugar correcto para poder desarrollarlo. Un lugar donde la perspectiva con la que se mira el fútbol sea la mejor para ti y donde estén todas las facilidades e instalaciones necesarias para potenciar tu evolución. Aitana Bonmatí, tras grabar su nombre por primera vez en el Balón de Oro, lo repitió una y otra vez: trabajo, esfuerzo y constancia. No bajar los brazos cuando las cosas van mal ni darse por vencida cuando se pone cuesta arriba. Tanto la azulgrana como Leo Messi, que ganó este lunes su octavo trofeo, representan la excelencia en el fútbol y los dos han salido de la cantera que más Balones de Oro ha recogido en las últimas décadas: La Masia.

La excelencia es innegociable en Can Barça. No solo en los resultados, que obviamente deben acompañar, sino en la forma de comprender el fútbol. La mirada es única. Y, gracias a ello, la escuela de fútbol del Barça se ha convertido en una referencia mundial. Tanto Aitana como Messi crecieron con sus conceptos, los practicaron en los entrenamientos y adquirieron unos hábitos que les han llevado a formar parte del Olimpo del fútbol, como también lo hizo Alexia Putellas, dos veces Balón de Oro y antecesora de su compañera en el centro del campo culé.

Referente mundial

"Gracias por apostar por nosotras cuando nadie más creía, por darme la oportunidad de convertirme en futbolista profesional. Quién me hubiera dicho de pequeña que jugaría un Camp Nou lleno. Somos un club referente a nivel mundial", dijo Aitana mirando desde el escenario del Théâtre du Châtelet a Joan Laporta, sentado en la platea. "Nunca imaginé que pudiera conseguir todos mis objetivos y en parte es gracias, como dijo Aitana, a haber jugado en el mejor equipo del mundo. Eso lo hace más fácil", añadió Leo Messi, que formó parte del mejor Barça de la historia, igual que su homónima femenina.

"Nosotros tenemos nuestro modelo, nuestro proyecto y es un orgullo que se le dé esta importancia a nivel mundial", reconoce Xavi Puig, responsable del Barça femenino, horas después de la gala a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. Admite cierta resaca emocional tras una noche donde el equipo de Jonatan Giráldez se llevó todos los premios en categoría femenina. "Los premios individuales vienen de los colectivos. Hay mucha gente implicada, no solo las jugadoras, sino también staff y ejecutivos, que cada vez hay más trabajando en favor de este proyecto. Hemos hecho todo el círculo de oro. Hemos empezado con un premio como el de Aitana y también hemos recibido el del mejor club del mundo. Cuando el Barça entra en juego, en el césped o fuera, da respeto. El respeto a nivel deportivo que viene de un trabajo firme, de un proyecto claro y la voluntad de no desfallecer. Somos el mejor equipo del mundo. No queremos parar y no lo haremos", añade exultante.

Resiliencia y dedicación

Recursos y talento de casa, esa la fórmula que impera en los despachos de Sant Joan Despí. Sin dejar de tener un ojo puesto en el mercado para reforzar ciertas posiciones, esa es la directriz: crecer con recursos propios sin dejar de mirar el talento de fuera. Y vaya si funciona. Los dos mejores equipos de la historia azulgranas tienen su columna vertebral formada por jugadores "nacidos" en La Masia. El Barça de Pep Guardiola y el Barça de Alexia y Aitana. Y algunos de sus máximos exponentes ya tienen en las estanterías algún que otro Balón de Oro.

El Balón de Oro se tiñó de azulgrana una noche más en París. Los dos grandes trofeos fueron para culés confesos como Aitana y Messi. Referentes que, para las niñas y niños de La Masia, son un ejemplo de resiliencia y dedicación. De excelencia y talento. Una noche más, el Balón de Oro encontró en su cantera favorita a los mejores jugadores del planeta. Uno con sabor a despedida y otro como inicio de una era.