Podría decirse que el Caja Rural Atlético Benavente está viviendo un sueño, pero no sería del todo cierto, pues no es producto de la casualidad la posición que ocupa en la tabla. Ese sexto puesto tiene mucho trabajo detrás. Chema Sánchez, entrenador, es uno de los principales responsables de la temporada que está haciendo el equipo. Aprovecha los conocimientos sobre motivación adquiridos en sus estudios como maestro y psicólogo para transmitir a los jugadores esa ambición y esa fuerza mental, imprescindibles en una temporada tan exigente.

–Ahora mismo, el Atlético Benavente es sexto, tan solo a cuatro puntos de los puestos de play off. ¿Cómo valora la temporada del equipo hasta este momento?

–Está siendo muy dura, pero también muy satisfactoria. Los datos están ahí, y he hablado con gente más experimentada que yo, como Santi Valladares o Tomás de Dios, y la catalogan como la Segunda División más dura de los últimos quince o veinte años. Es el primer año que hay cinco descensos y que hay tres descendidos de Primera División. Además, tampoco se había visto nunca este nivel de igualdad y de competitividad que están mostrando todos los equipos. En la jornada 27, de nueve partidos que se jugaron, ocho acabaron en empate, y eso muestra el nivel de igualdad. A mayores hemos tenido bajas muy importantes. David Novoa es un jugador diferencial y que tiene unas características que, para mí, no tiene nadie en la categoría. También la lesión de Malaguti, que es uno de nuestros referentes, evidentemente nos debilita. Charlie lleva toda la segunda vuelta lesionado y aun así está jugando y aportando. También nos han perjudicado mucho los parones.

–¿A principio de temporada esperaban estar ahí a estas alturas de campeonato?

–Para nada. No me gusta ir de llorón, pero tampoco de vendehúmos. A principio de temporada yo estaba muy preocupado. Es mi segundo año en Segunda División, aunque llevo siguiendo la categoría muchos años y esto no lo había visto nunca. Empieza la temporada y empiezas a ver las plantillas, y no ganas hasta la quinta jornada, porque el arranque fue muy malo. Después de la cuarta jornada estábamos colistas, con solo un punto. Había aspectos que para mí no estaban funcionando y pensé que la única manera de solucionarlo era echarme a un lado. La jornada 5 fue clave. Después de perder en Leganés 6-1, yo presento mi dimisión, pero la directiva me ratifica y sigue confiando en mí para seguir a cargo del proyecto. Hubo también una charla muy dura con los jugadores, y a partir de ahí empezaron a llegar los buenos resultados. Vernos ahora mismo con 42 puntos me parece un sueño, por la exigencia de la categoría y lo mermado que ha quedado el equipo. El objetivo siempre ha sido que el equipo consiga la permanencia y no hemos hablado de nada más.

–Recientemente ha irrumpido en el primer equipo, incluso con titularidad, el juvenil Domi. ¿Hasta qué punto ha ayudado para cubrir las sensibles bajas de Novoa y Malaguti?

–Lleva entrenando con nosotros desde el 2 de agosto. Lo vi la temporada pasada con posibilidades. El salto para él es enorme. Estamos hablando de un chico que venía de fútbol y lleva poco en el fútbol sala, y además viene del juvenil. He tenido que dar un salto de cinco escalones. Evidentemente hemos apostado por jugadores del primer equipo, con más experiencia y el chico está ahora entrenando muy bien. Tiene mucha proyección. Por eso tomé la decisión de sacarlo de titular en Alzira y lo hizo fenomenal, a los quince segundos dio la asistencia del 0-1. Quería saber si el jugador tenía esa personalidad de ver La Rosaleda llena y funcionó con esa clase que tiene y con ese nivel que dio. Es un jugador que ahora mismo es una realidad y que se puede incorporar en cualquier partido porque ya ha demostrado que tiene capacidad.

"Todas las semanas dedico unas ocho horas a analizar al rival de cada fin de semana"

–Quedan en juego 18 puntos, y el Atlético Benavente se encuentra 12 por encima de la zona roja. Con la permanencia prácticamente asegurada, ¿cómo encara el equipo la recta final de temporada?

–Hemos tenido una charla al respecto y todo pasa por una ecuación muy sencilla. Se trata de ser ambiciosos a la par que humildes. No podemos sacar pecho por haber ganado contundentemente al Ceutí, porque en esta categoría, en el momento que no tengas los pies en el suelo, te aterrizan. Todas las semanas dedico unas ocho horas a analizar al rival de cada fin de semana. La realidad es que estamos donde estamos, y la permanencia no va a llegar en ningún caso a los 42 puntos. No es matemático, pero sí virtual. Si llegamos al mes de abril entre los ocho primeros, veo al equipo con posibilidades de pelear. Está muy difícil meterse en esa pelea por el quinto puesto, porque para mí del primero al cuarto ya están repartidos. Así que esa es la clave: tenemos que ser súper humildes, pero no perder nunca la ambición y las ganas de ganar, porque ya hemos demostrado que estamos preparados.

–El equipo ha conseguido marcar una cifra muy significativa de goles, 113 en 28 partidos; sin embargo, es el segundo que más goles ha encajado, con 117, incluyendo dos abultadas derrotas frente a Atlético Mengíbar y, hace poco, 2-8 frente al CD Leganés. ¿Le costó al equipo recuperarse tras estos dos fuertes golpes?

–Sinceramente, no. El equipo ha demostrado una personalidad increíble en los momentos más duros, que para mí han sido tres. El primero en la jornada 5, con aquella derrota en Leganés, muy dura, pero merecida. Después, cuando perdemos un miércoles por 10-3 en Mengíbar, y después ese domingo ganamos 9-5 a Colo Colo haciendo un gran partido. Y el otro día, yo tenía claro que el 2-8 del Leganés era un accidente, y que el equipo ese fin de semana competiría en Alzira, y lo hizo.

"Mis jugadores en ningún momento han hecho uso de ningún insulto racista hacia el rival"

–La afición blanquiazul es de las mejores de la categoría, de eso no cabe duda; sin embargo, ha saltado la noticia de que la Unión África Ceutí ha denunciado cánticos ofensivos desde graderío de La Rosaleda, y que ello podría conllevar, en último caso, el cierre del pabellón. ¿Cómo ha recibido esta noticia el vestuario?

—Con preocupación y, sobre todo, con responsabilidad. Yo, como máximo responsable en la labor deportiva, tengo que dar la cara y declarar lo que sentimos. Y es que para nada la afición del Atlético Benavente se identifica con esos cánticos. Que haya un pequeño sector de la afición que hay podido hacerlo, no engloba para nada a toda la afición. El otro día el pabellón estaba lleno. Estamos preocupados. Mis jugadores en ningún momento han hecho uso de ningún insulto racista hacia el rival. Somos un equipo muy intenso, muy aguerrido, pero también somos un equipo muy respetuoso. Esos cánticos lo que hacen es ensuciar el buen ambiente que se vivió ese día.

Chema Sánchez da instrucciones a sus jugadores. Cedida

–Ha sido una temporada dura y exigente, sobre todo debido a la situación sanitaria, que obligó a aplazar varios encuentros que tuvieron que jugarse entre semana, restando días de descanso entre partido y partido. ¿Cómo ve a los jugadores en este momento de la temporada?

–Esa es una pregunta muy buena y tiene una respuesta muy simple. Cuando el otro día perdemos 2-8 contra el Leganés, todo tenía que ver con la acumulación de partidos, con la falta de efectivos…, pero yo soy de los que piensan que por encima de todo lo demás está la cabeza. Cuando las cabezas funcionan, los jugadores compiten. Si los jugadores están motivados, persiguiendo un objetivo, sea el que sea, esa motivación va a ser nuestro motor. Ahora vamos a darles un muy merecido descanso a los jugadores, que va a ser una bombona de oxígeno muy importante de aquí al final.

–A nivel personal, ¿cómo se encuentra?

–Lo digo abiertamente, y mi entorno privado lo sabe. Es la temporada con mayor desgaste de mi vida. Está siendo durísima en el plano mental. Gran parte del peso de los resultados pasan por mí. Además, es un gran desgaste hacer todos los días el viaje Salamanca – Benavente y, además, hacerlo solo. Mental y físicamente estoy muy desgastado y estoy cansado; sin embargo, ese desgaste lo suplo con la ilusión y la motivación de hacer que el equipo pelee. Así que estoy cansado, pero muy ilusionado, y sé que de aquí al final, no voy a bajar el nivel de exigencia.