No podía llegar en peor momento el encuentro ante el líder. Tras dos derrotas consecutivas, Zamora Enamora tenía que derrotar a Ourense en su feudo, una tarea casi imposible y más con las dos importantísimas bajas en el juego interior con que viajaron los zamoranos para jugar por primera vez en su historia contra el CB Ourense, la de Shaquillo Fritz y la del recién fichado Gracin Bakumanya. Aunque los zamoranos creían en sus posibilidades y pelearon con uñas y dientes hasta el final ante un Ourense superior que poco a poco fue abriendo brecha y que dejaba el encuentro sentenciado aún a falta del último cuarto.

Zamora Enamora tenía un complicado compromiso ante el líder, un Ourense Baloncesto invicto ante el que los zamoranos iban a intentar poner fin a su mala racha de dos derrotas consecutivas.

Y dejaron claras sus intenciones desde el inicio. Un inicio marcado por el toma y daca entre dos equipos luchadores que no daban un balón por perdido. Los visitantes defendían con uñas y dientes y no dejaban a los gallegos sentirse cómodos en la pista.

Ourense trataba de mover el balón con velocidad, pero no lo conseguía ante un Zamora muy sólido en defensa que en los primeros siete minutos de partido solo ´permitió´ al líder anotar nueve puntos. Mientras, en ataque, los visitantes trataban de no precipitarse y asegurar sus lanzamientos y el marcador se mantenía igualado (9-9).

Pero poco a poco Ourense fue imponiendo su ley. Con más recursos en el banquillo, los locales aprovecharon las rotaciones en el equipo rival para firmar un parcial de 6-0 que abría la primera brecha en el luminoso a falta de dos minutos para el final del primer cuarto (15-9).

Kalinicenko anotaba para los zamoranos, pero Ventura, desde la línea de tres, evitaba que el Zamora Enamora remontase y dejaba el marcador en 18-13 al final del cuarto.

Un triple de Jacob Round daba el pistoletazo de salida al segundo cuarto y devolvía toda la fe a los visitantes (18-16). A partir de ahí, las defensas volvían a imponerse y las canastas llegaban con cuentagotas. La presión de unos y otros hacía que los dos equipos llegasen con pocas opciones al aro contrario, cuando lo conseguían. Pero en esa tesitura Ourense supo sacar más partido.

Los locales tiraron de oficio y provocaron numerosas faltas, lo que les permitió anotar cuatro puntos en los primeros cinco minutos del cuarto para irse de seis (22-16). Kalinicenko era el encargado de desencallar el ataque de Zamora Enamora, que se mantenía muy vivo en el partido (22-19), pero respondía Ourense con un triple de Nogués. Ahí empezó a romperse el partido.

Los gallegos encontraron la manera de romper la presión del rival y con otro tiro de tres, esta vez de Gantt, elevaban su renta hasta los nueve puntos, lo que se antojaba todo un mundo tal y como estaba el partido (28-19, minuto 17).

Había que ver cómo iba a reaccionar Zamora Enamora a ese nuevo cambio de escenario y lo hizo tratando de aumentar la agresividad de su ataque, pero aunque Round y Maitland conseguían anotar, la apertura del juego visitante permitía a Ourense encestar con más facilidad para irse al descanso con 10 puntos de renta (35-25).

No bajó los brazos el equipo zamorano, pero aunque peleaba con uñas y dientes, no conseguía doblegar a un Ourense que, con 10 puntos de ventaja en el marcador, supo jugar sus cartas a la perfección. Los gallegos controlaban ahora el ritmo de partido y, pese a todos los esfuerzos de su rival, mantenían su renta (44-34, minuto 23).

Lo intentó todo el equipo de Saulo Hernández que volvió a apostar por su quinteto estelar en pista y una defensa presionante que dificultaba el ataque de los locales y hacía que las canastas llegasen con cuenta gotas. Pero Ourense apretaba con el paso de los minutos y en Zamora Enamora el cansancio empezaba a pasar factura.

El equipo trataba de aguantar, pero el líder, con muchos más recursos, firmaba un parcial de 11-2 que elevaba su ventaja casi hasta los veinte puntos a falta de poco mas de un minuto para finalizar el cuarto (55-36).

El partido estaba decidido, pero los zamoranos no estaban dispuestos a dejar de luchar ante un líder todo poderoso al que durante los últimos 12 minutos de partido le bastó con mantener la intensidad en defensa y no relajarse demasiado para conservar su renta siempre en torno a los 20 puntos. Zamora Enamora trataba de pelear para que la cosa no fuese a mayores, poco más podía hacer ante un rival que mostraba su superioridad.