La nadadora española Mireia Belmonte no pudo sumar ayer una nueva medalla en los Mundiales de Natación que se están disputando en Barcelona tras finalizar quinta en la final de los 800 metros libres, donde la estadounidense Katie Ledecky se hizo con el oro batiendo el récord del mundo.

Belmonte se vio superada por el alto ritmo de la dura prueba en la que en los pasados Juegos de Londres se colgó la plata. Después de lograr dos medallas ya en Barcelona, bronce en 200 estilos y plata en los 200 metros mariposa, la catalana no pudo conseguir una tercera medalla histórica en un nadador español en una cita mundial.

Así las cosas, Belmonte pronto se vio descolgada ante el ritmo de la danesa Lotte Friis, la estadounidense y la neozenlandesa Lauren Boyle, que dominaron la prueba. El oro parecía para Friis, pero la reacción final de la joven Ledecky, de 16 años, le llevó al oro con récord incluido. La plata fue para Friis y el bronce para Boyle.

La nadadora española señaló tras finalizar quinta en esta prueba que el cansancio le había pasado factura, aunque ese hecho «no es excusa».

«Ya sabía a lo que venía. Sabía que la medalla era casi imposible, pero quería quedar cuarta. Me ha costado al final un poco remontar. He nadado lo máximo que he podido con ellas, pero era imposible mantener su ritmo después. Un poco sí he notado el cansancio, pero no es excusa», dijo tras la prueba en el Palau Sant Jordi.

En este sentido, recordó que era su»sexta final, contando con los relevos»: «He nadado un total de doce pruebas y creo que cada día estar en tensión cansa también mentalmente. Pero no debo de ampararme en ello para calificar mi actuación».

«Ya dije que sería una de las finales más rápidas de la historia, con récord del mundo y así ha sido», apuntó Belmonte, quien paró el crono en 8:21.99 en una carrera en la que la estadounidense Ledecky batió el récord del mundo con un tiempo de 8:13.86.

Hoy, su «prioridad»será llegar a la final de los 400 estilos, donde augura «una final bonita, en la que el oro será muy difícil». «El resultado me da más ganas. Siempre nado con mucha rabia pero mañana lo haré aún mejor», sentenció.