El 27 de junio de 2006, la afición española pronosticaba la jubilación anticipada de Zinedine Zidane en las gradas del estadio de Hannover. No había dudas. España venía de una primera fase impecable, mientras que la caduca Francia había pasado por los pelos en un grupo con rivales de la talla de Suiza, Corea y Togo. Los octavos de final eran considerados un trámite para una selección sólo perturbada por el debate para hacer hueco a Raúl. Un gol de penalti de Villa adelantó a la selección de Luis Aragonés, pero la veteranía de Francia decidió (1-3). En Alemania no hubo ocasión de retar a la maldición de cuartos. Cuatro años y dos días después, la Roja sólo tiene ojos para Portugal. Porque, después de los apuros previos, los octavos son una bendición.

La enrevesada fase de grupos le ha venido bien a España para llegar al cruce de octavos sin el cartel de claro favorito. Tres partidos después, ni la selección de Del Bosque parece tan buena, ni Portugal es Cristiano Ronaldo y diez más. Carlos Queiroz ha construido un bloque defensivo tan sólido que cerró su grupo sin encajar ni un solo gol, pese a que enfrente tuvo a dos rivales con artillería pesada, Costa de Marfil y Brasil.

Será, por tanto, una nueva prueba para el ataque español, uno de esos retos que le encantan a David Villa. Si juega como en los dos últimos partidos, escorado a la izquierda, el Guaje tendrá enfrente a Paulo Ferreira, el menos consistente de los defensas lusos. Más difícil se le presenta la noche a Fernando Torres, que se las verá con Carvalho y Bruno Alves. En cualquier caso, el éxito de los delanteros españoles dependerá de la recuperación del juego habitual de la selección. Y para lograrlo es fundamental que Iniesta y Xavi ofrezcan su mejor versión.

Como Xabi Alonso ha superado sus problemas físicos, lo más probable es que Del Bosque confíe en el mismo once que empezó contra Chile. El seleccionador cree que es el equipo más equilibrado que puede presentar en este momento. Un detalle fundamental cuando enfrente va a estar la selección portuguesa, montada para esperar y salir a la contra con Cristiano Ronaldo, Simao y Liedson. Las coberturas de Busquets serán muy necesarias para replicar al juego vertiginoso de los portugueses. Sus compañeros Piqué y Puyol serán el último dique para Ronaldo, con el balance favorable a los barcelonistas en anteriores enfrentamientos.

Históricamente, a España se le da bien Portugal, aunque el de hoy será el primer enfrentamiento en un Mundial. En las en 35 ocasiones que han cruzado su camino, el balance favorece a los españoles con 16 triunfos por doce empates y siete derrotas. La última fue especialmente dolorosa para la «Roja», apeada de la Eurocopa 2004 por los lusos. Portugal llega a la cita con varios jugadores frescos tras recibir descanso ante Brasil.

Hasta última hora, Queiroz ha cuidado a Danny y Duda de las molestias musculares y el hematoma que sufren, y finalmente es baja por lesión Amorim. Ninguno de los tres se perfilaba como titular pero los dos primeros serán piezas importantes para los cambios.