Nuevo ataque del lobo en Zamora: dos terneros muertos y un mastín herido
El ganadero Oliver Castedo de Codesal denuncia que "estás nueve meses alimentando la vaca para que te maten las crías"
Dos terneros muertos y un mastín herido, ese es el último balance de daños por el lobo registrado en la ganadería de Oliver Castedo, en su explotación de Codesal en el municipio de Manzanal de Arriba, enclavado en la Sierra de la Culebra.
El ganadero todavía buscaba ayer los restos del último ternero nacido hacía 24 horas y del que no aparece resto alguno en el cercado donde tiene los animales. Lo único que se ha podido certificar por parte de la Guardería Medio Ambiental es el ataque, hace un mes, con los restos de un ternero atacado y las heridas bien visibles del perro de trabajo.
El mastín que refuerza la custodia del ganado presentaba las heridas de un combate. Y el enfrentamiento es desigual "hay una manada de 8 o 9 lobos" que no da tregua a los ganaderos de la zona en Folgoso y Sandín.
No es la primera vez que una manada mantiene en jaque a los ganaderos de la zona de España con mayor densidad de población del lobo de Europa y mantiene el cerco a los ganaderos de Codesal. "Estamos nueve meses dando de comer a la vaca para que maten el ternero". Eso sumado a los problemas persistentes para cobrar los daños, incluso cuando se certifica el ataque de lobos.
"Tenemos las vacas encerradas a ver si empiezan a parir las ciervas" porque la fuente de alimento más fácil son las hembras en parto y las crías, tanto para el vacuno como para los cérvidos.
Otra ganadería de Sandín ha dado en dos años dos partes por vacas, el último en octubre, donde se han podido localizar restos. No así otras crías recién nacidas que pese a buscarlas no se encuentra hueso alguno. Ni las vacas en extensivo que se acercan al pueblo para parir, buscando la seguridad, se libran del seguimiento de la manada.
"Cúmulo de problemas"
Ganaderos de la zona señalan todo el cúmulo de problemas que tiene la ganadería extensiva. El primer problema, descontando los ataques, es el estado del monte bastante envejecido con un monte bajo muy alto donde es imposible localizar a las reses y que permite a las manadas moverse con tranquilidad hacia el ganado.
Desde el punto de vista administrativo la ganadería extensiva cumple el requisito de que los animales no pueden estar encerrados. Las hembras paren y tardan unos días en poder colocarle el crotal de identificación al ternero.
Sin el crotal y sin restos no hay posibilidad ni de identificar ni de reclamar los daños. Cuando la vaca empieza a buscar el ternero es cuando salta la alerta y comienza la búsqueda. El problema "son las manadas tan numerosas que hay", reconocen los habitantes y ganaderos de la zona.
Los perros mastines se adaptan mejor al ganado menor, ovejas y cabras, que al ganado mayor. No todos los ganaderos tienen este tipo de perro de trabajo por su mantenimiento y por el rechazo a la presencia de estos animales en los pueblos cuando vienen los visitantes.
Y el silencio también se impone pro la coacción social, ante las críticas de ciertos sectores ecologistas que tienen en el punto de mira a los ganaderos, y que sufren el ataque en las redes sociales.
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