El lobo da "jaque mate" a una ganadería del parque natural del Lago de Sanabria

El ataque de los lobos a una ganadería de San Martín de Castañeda, que causó dos bajas, fue el colmo de las pérdidas para una ganadera, Eva Ferreira, y su familia que han dado este miércoles cerrojazo a la explotación. Una explotación situada en El Chano de San Martín de Castañeda, paso de turistas y vivero de lobos, en pleno parque natural del Lago de Sanabria. Un total de 85 animales de los 110 de la ganadería eran embarcadas y destinadas a Ledesma en Salamanca.

Cuando Celso Corral acudió al lugar de El Chano donde dejaba la comida seca a las vacas se extrañó de que dos terneras no se presentaran al reclamo de la comida. Tras mirar por la zona se encontró a los dos ejemplares no muy lejos, uno de ellos comido hasta los huesos y la segunda muerta al pie de una roca.

Fue Eva la que se convirtió hace más de 13 años en la titular de la explotación con 45 vacas compradas. En estos momentos eran todas vacas y terneras criadas en el explotación de limusin y otros cruces. Desde ese año las bajas en animales por el lobo han sido constantes sin cobrar ni un solo euro, pese a dar los partes de bajas. Precisar que todos los ataques que se consideran de lobo son verificados por los agentes medioambientales y se extiende el pertinente informe. Decenas de bajas en estos casi 14 años sin que se hayan pagado ninguno. "Es perder el tiempo haciendo papeles" reconoce Eva.

En tres meses ha tenido 13 bajas, 10 vacas y novillas, dos terneros y una vaca desaparecida. El pasado año perdió 5 vacas por ingerir plantas venenosas, calderones (trollius europaeus) que proliferan en altitudes de 1.600 metros. Las ganaderas más veteranas que se han prestado a ayudar para conducir los animales, recuerdan que todos los años por la primavera subían a "varear las hierbas" conocidas por ser venenosas para los animales. Nadie las tocaba con la mano.

Todos los gastos para la explotación han aumentado dando validez a los estudios que señalan que en explotaciones en extensivo con un número limitado de animales, cualquier mínima baja pone en situación crítica a la explotación. Corrales y cercas, zonas de pastoreo con pastor eléctrico, cuatro mastines –dos de ellos envenenados- los careas, el ir y venir del ganadero no han sido suficiente para que al menos tres lobos, que se avistaron a las pocas horas de informar a la Guardería Medioambiental, dieran jaque mate a las terneras. El martes Celso presentó el parte por el ataque que se produjo el lunes.

Alex y Eric han faltado al colegio para vivir una experiencia que al más pequeño le provoca las lágrimas. Los dos niños se hacían cargo de tres terneras cada uno, con su nombre y el aprendizaje de su comportamiento. De los corrales van saliendo en tandas de grupos de 14 y 7 para subir a los camiones, unos 39 animales por vehículo. En un tercer vehículo se cargan una decena de terneros. A Eva se le saltan las lágrimas "las hemos criado para esto". La nieve y la falta de una nave donde guardar los animales, aunque hay corrales, han precipitado el cierre de la ganadería. Los ganaderos se quejan de que además de bregar con los animales y el terreno abrupto de montaña, tienen que bregar con la administración que no permite construir ninguna nave dentro del parque natural del Lago de Sanabria. "No te dejan construir ni en el pueblo".

Las bajas han sido constantes entre todas las ganaderías de vacuno y caballar que pastorean por la sierra, pero se impone el silencio. Nadie alarma de los ataques, unas veces porque solo encuentran restos mínimos, no encuentran los animales, y en el mejor de los casos encuentran el animal herido o intacto porque no les ha dado tiempo a devorarlo, tragarlo con ansia y precipitadamente. Ansiedad, estrés, depresión son síntomas del trauma que supone saber que el lobo la lía en cualquier momento.

"Aquí lo tenéis mal con el turismo" remata uno de los compradores. En plena nevada se acumularon los coches en el cruce de carreteras de El Chano, no se podía pasar a atender los animales, otras veces rompen el hilo del pastor eléctrico. El ganado tiene preferencia en la carretera como así aparece señalizado en el tramo de 3 kilómetros. Erik dice los nombres de las vacas, los perros siguen al camión buscando a las compañeras de montaña, Eva llora y Celso reconoce que está caliente. Y las pastoras veteranas dicen que es muy esclavo, mejor así. La única medida que se ha tomado es instalar unas cámaras de fototrampeo para ver cuantos lobos hay en este grupo familiar.

En Ledesma no hay lobos, pero en la vecina provincia de Cáceres ya están instalados. La sierra nevada es tan bonita como dura para las familias que trabajan en el sector primario, con sus ganados.

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